domingo, 1 de abril de 2012

Fathya Chirilla / Modelo

En 2009 se dio a conocer como candidata al Miss Santa Cruz. Morena y de 1,78 m, se destacaba en el grupo de aspirantes a la corona, pero no ganó. Aun así permaneció como modelo en el ‘staff’ de Promociones Gloria hasta que el año pasado Cupido la flechó y se fue a Turquía.
Encontramos a Fathya Chirilla hace poco y nos puso al tanto de la aventura que está viviendo al otro lado del mundo, envuelta en una cultura tan diferente y milenaria que se desarrolla entre Europa y Asia.
Aunque está igualinga físicamente, se la ve más madura, ahora habla pausado y suave, nada que ver con la dieciochoañera que posaba en biquini para los medios. Solo una cicatriz en la pierna izquierda y otra menos perceptible sobre el ojo derecho dan cuenta de lo inquieta que fue de niña.
Para esta página de Sociales logramos tenerla posando de nuevo en traje de baño, nada más y nada menos que en Phaselis, una antigua ciudad plagada de restos arqueológicos. A continuación su interesante historia de amor con Karem Sisik. Como para una película.

-¿Cómo conociste al turco de tu corazón?
Supo de mí en Colombia, un excortejo que se fue allá a trabajar le mostró mis fotos en su computadora y él se interesó y le preguntó dónde vivía yo. Una vez supo todas mis coordenadas se vino a Santa Cruz y me habló, se hizo amigo de mi amiga y nos invitó a salir. Él ya conocía aquí porque había venido por negocios, vende material de construcción por la Internet.
-¿Y cómo surgió la propuesta de irte con él a Turquía?
Yo le hice conocer Bolivia. Lo llevé por Chapare y Yapacaní... estuvimos en los departamentos de Cochabamba, Oruro y Tarija y le gustó cómo yo le mostré mi país, de una forma diferente, pueblo por pueblo. Después me dijo que quería hacer lo mismo conmigo y yo le respondí que era imposible, pero le pedí que hablara con mi papá y mi familia. En un principio dijeron que no, que es extranjero y que fuera del país yo estaba indefensa, pero él prometió cuidarme y que en tres meses estaría de vuelta. Le dije a mi papá que sentía algo en mi corazón que me decía que confiara.
-¿Cuánto tiempo estuviste fuera?
Por ocho meses, volví porque así se lo había prometido a mi padre, pero me voy a ir otra vez en mayo.
-¿Dónde vivís?
Primero conocí Estambul, donde está parte de su familia, después Phaselis y Adana, donde vivo con él.
¿Qué fue lo más impactante que has conocido?
Mujeres con la cara cubierta con velo y usando mucho oro, hay alfombras por todos lados y lugares llenos de comercio, como estamos entre Europa y Oriente se ve gente de todos lados y culturas. Lo que más me impactó es cómo las mujeres tratan a sus hombres, a todo le dicen sí. Recuerdo que los amigos de Karem me miraban asombrados cuando yo le llevaba la contra en algo. En cuanto a la alimentación comen muchas cosas verdes como menta, espinaca, perejil, mucho pan, poca carne y después de cada comida toman té a pesar del inmenso calor (de 43 grados).
-¿Y no es machista con vos?
No, lo único que me ha pedido es que en su casa haya mucho orden y respeto. Él es musulmán y vive de acuerdo con el Corán, que no es otra cosa que un código de comportamiento.
-No creo que el idioma del amor hubiera sido suficiente...
Al principio hablaba con él en español, después me compré un libro y fui practicando el turco, quería poder hablar con mi suegra, con la que solo nos mirábamos a la cara.
-¿Y cómo terminará esta historia?
No puedo decir qué puede pasar mañana. Como estoy hasta ahora soy feliz.



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