miércoles, 19 de diciembre de 2012

Manito’s crea lo último en moda para los niños

Inspirada en los más pequeños de la casa, que gustan de la comodidad, y en los deseos de los padres, que buscan prendas durables, la empresa Manito’s tiene una oferta innovadora en diseños de ropa para niños, que se distingue por ser moderna y exclusiva.

Se trata de un emprendimiento familiar dirigido por Gabriela Mendoza, quien al ser madre de dos niños percibió que en el mercado hace falta ropa infantil que sea económica, pero a la vez moderna y con un buen acabado en la tela y la confección.

Por ello, junto a su hermano Juan Alberto, dueño de la fábrica Fósil Textil, y su madre, Carolina Terán, crearon en abril de este año una empresa que “realza la mano de obra boliviana y no tiene nada que envidiar al mercado extranjero”.

“La ropa que diseñamos está dirigida a padres contemporáneos que se arriesgan a vestir a sus hijos con ropa que está a la moda y que a la vez sea cómoda, casual y duradera”, dice la gerente comercial.

La primera colección de prendas, que fue presentada hace dos meses con 14 modelos, está pensada para niños desde los tres meses hasta los 14 años e incluye poleras de cuello y manga larga, camisetas de algodón para bebés, abrigos para niñas y chamarras impermeables, entre otras prendas.

La segunda colección, que todavía no tiene fecha de lanzamiento, tendrá 13 modelos nuevos, entre calzas para niñas, buzos y más ropa de verano con estampados originales.

“Tengo dos niñas a las que compré los abrigos, porque tienen lindos colores y diseños únicos que no vi en otras tiendas. Ellas los usan casi todos los días y son durables. Tienen muy buena calidad y precios realmente accesibles”, dice Sandra Taborda, una de las clientes asiduas de Manito’s.

Gabriela explica que la inspiración de los diseños que realiza se encuentra en los personajes de moda, como Los Vengadores, Hello Kitty y El Hombre Araña, entre otros, y en las sugerencias de padres con requerimientos específicos y prácticos.

En cada boceto considera la combinación de los colores y los materiales que sean más adecuados para lograr vestuarios que no se encuentran en el mercado local.

Manos a la obra

Una vez que los diseños están terminados, Juan Alberto Mendoza se encarga de la confección en su fábrica textilera donde, junto a diez artesanos, cuidan hasta el más mínimo detalle en el corte, armado, costura, planchado y acabado de cada prenda.

“La mano de obra boliviana es muy buena y los materiales que utilizamos, entre algodón y telas de paño, son de alta calidad, lo que garantiza un producto único y con orgullo de ser fabricado en Bolivia”, destaca Mendoza.

Para Rose Mary García, otra de las clientes de esta empresa, la confección y los variados diseños que ofrecen ponen en alto la industria boliviana.

“Estas prendas no se destiñen, no se ensanchan' permanecen intactas. En comparación con las marcas extranjeras, creo que esta empresa no tiene nada que envidiar”, opina.

Si bien hoy sólo comercializan la mercadería en La Paz, una de sus metas a corto plazo es abarcar el eje troncal del país y, posteriormente, el resto de las urbes.

“Tuvimos una buena aceptación desde el lanzamiento y ahora estamos haciendo contactos con representantes comerciales para abrir tiendas en Cochabamba y Santa Cruz”, dice Terán, encargada de la administración de la empresa.

Mientras tanto, estos emprendedores perseveran con su misión de crear productos que rompan los esquemas de lo convencional y sean una alternativa para los “pequeños grandes”.


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