lunes, 14 de enero de 2013

Yáscara y Priscila, felices en familia

Las hermanas. Están tan acostumbradas a hacer fotos como modelos que cuando hacen un retrato familiar posan con profesionalismo. Son las últimas de siete hermanos de una familia numerosa y cálida que llegó de Beni hace 18 años

Redacción: Paura Rodríguez Leytón
Fotos: Jorge Uechi y archivo

"Me gusta que me admiren” confiesa con energía Priscila Leigue cuando se refiere a su carrera de modelo. En la conversación, ella toma la batuta, habla más fuerte y se extiende en las respuestas; su hermana Yáscara se muestra de pocas palabras.

Yáscara y Priscila Leigue Mercado están entre las modelos más sexis de Bolivia, sus fotografías dan un paso más allá aseguran los conocedores del tema, pues ambas saben cómo posar con naturalidad y sensualidad a la vez, no en vano las definen como bombas sexis.

Son las últimas hermanas de una familia de siete hijos. Priscila es la menor, tiene 25 años y Yáscara 27.

Priscila fue la primera que incursionó en el modelaje. “Cuando tenía 13 años veía las fotos de otras modelos y modelar era un sueño”, recuerda.

Y este sueño no fue solo de ella, sino también de su madre, Nancy, que recuerda que cuando miraba a sus niñas, aspiraba a que un día fuesen modelos y, por eso, las apoyó en todo, incluso cuando Priscila decidió aumentarse los senos. Estuvo junto a ella, esperando impaciente que la cirugía termine, pues relata que esta duró más de la cuenta y se puso nerviosa.

El sueño se cumplió más temprano que tarde, a los 15, Priscila comenzó una carrera sin pausa y a la que pronto se sumó Yáscara.


Priscila candidateó fuera del país. Obtuvo el primer lugar en el concurso Reina Internacional de la Juventud en Ecuador.



Yáscara es abogada. Abrirá un estudio jurídico.


Las preferencias a la hora de trabajar

Yáscara: Del mundo del modelaje lo que más le gusta es la pasarela, asegura que estar en ella es una inyección de adrenalina.

Priscila: Le apasiona la fotografía, le gusta modelar en estudio y espacios abiertos. Dice que pone todo de sí para que sus fotos sean perfectas.

Detalles
Yáscara y Priscila tienen una vida cotidiana familiar y sencilla.

Yáscara cocina lasaña, tiene buena sazón.
Nancy Mercado señala orgullosa que su hija Yáscara concina una lasaña deliciosa, su sazón es el deleite de toda la familia. Yáscara asegura que el plato que más le gusta comer es la tripa beniana acompañada de yuca cocida.

Cinco caniches, son parte de la familia
Priscila tiene perritos caniches en casa, ella se define como la madre de los canes.
La modelo asegura que ama a sus mascotas, duerme con ellas y cuando sale a la calle la extrañan.

Huacaraje es capital de la provincia Iténez
Está en el Beni y es el pueblo donde nacieron las dos modelos y sus cinco hermanos mayores. Visitan el lugar con frecuencia, allí todavía está su abuelita materna. Las modelos definen al Beni como el paraíso terrenal.






“Papá dice que mamá era hermosa y que nosotras no la igualamos”, dicen Priscila y Yáscara mirando a su madre, la señora Nancy de 59 años. Sonríe, sus ojos son claros, de un tono miel y las marcas de su rostro dibujan una expresión dulce. “Yo era rubia, mi cabello era de un lindo color”, agrega orgullosa.

Cuando se refiere a sus hijas indica que son las únicas que aún no se casaron, se conmueve y asegura que desea que encuentren una buena pareja. “Ambas son de carácter fuerte y tienen su temperamento, necesitan encontrar alguien que las entienda”, dice.

Hablar de amores no es un tema que las apasione. Para Priscila es un criterio errado pensar que las modelos son consideradas como mujeres inalcanzables, pero sí, explica que a ella le interesa encontrar una pareja con metas y con el espíritu de superación. Yáscara, señala que porque son modelos, algunas veces les han tocado hombres celosos y recientemente terminó con una relación. Ambas tienes la intención de casarse y tener hijos, pero de momento hay otros planes más cercanos. Las dos se recibieron como abogadas y están con el proyecto de especializarse en derecho penal, formar un estudio jurídico junto a otros dos colegas.

Vienen de una familia numerosa, aunque ellas son las últimas hijas, sus padres se hicieron cargo de la crianza de tres nietos, así que en total sus hijos suman diez. Yáscara y Priscila viven en la casa de sus padres, en un condominio camino a Cotoca.

Su familia llegó hace 18 años a Santa Cruz, de la población beniana de Guacaraje, de donde son oriundos. Las modelos crecieron en el barrio Polanco y luego en Las Palmas. Su padre, Juan de Dios Leigue Rodríguez, se dedica a traer ganado de Beni. Su madre, además de estar ocupada en la atención de su casa, se dedicó al comercio, en Guacaraje tenían un almacén.

“Priscila era traviesa” dice Yáscara, acordándose de su niñez. “Entraba al almacén de nuestros papás y sacaba golosinas y me invitaba, cuando yo me las comía me decía que como yo también las probé no podré avisar nada”, recuerdan eso y se ríen.

Señalan que entre ellas no hay ninguna competencia en la carrera como modelos, cada una tiene su propia trayectoria y las preferencias de los clientes son distintas, hay algunos para los que encaja el perfil de Priscila y otros buscan a Yáscara.

“Nos aconsejamos en cómo nos queda el vestido o el maquillaje...cada una espera lo mejor para la otra”, coinciden. Su madre las recuerda pequeñas, la más rubia y de tez más blanca es Yáscara y cuando era bebé fue una niña pelona hasta los tres años. Priscila es trigueña y el color original de su cabello es castaño. Cuenta que para lograr el color moreno que luce se broncea en su casa y no ingresa a las duchas solares. Detalla que como muestra de su color original lleva la figura de una pequeña conejita de Play Boy.

Lograr una figura escultural para ambas significa varias horas de gimnasio durante la semana y el cuidado de las comidas. Ahora más que antes.

“Antes no me cuidaba de nada, comía lo que deseaba, pero cuando una llega a cierta edad, ya se pone más difícil adelgazar”, confiesa Priscila.

Sin embargo, para ella lo más importante es mantener la disciplina, así que luego de una jornada de trabajo y ejercicios, lo importante es dormir las ocho horas que han escuchado que el organismo necesita.

Las cirugías estéticas también forman parte de su historia. Priscila se hizo aumentar los senos a los 21, pero cuando su papá la vio no aceptó el cambio. “Ahora te fregaste”, le dijo. Su hermana mayor tampoco estaba de acuerdo, así que a los seis meses se hizo quitar la prótesis. Luego, Yáscara entró al quirófano y cuando volvía a su casa, coincidió con la llegada de su mamá que retornaba de viaje y no sabía nada del asunto.

“Me asusté mucho ver a mi hija que entraba sujetada por dos personas a los costados, pensé que se accidentó”, recuerda Nancy. Yáscara indica que al poco tiempo se sacó el implante. Ambas recuerdan su experiencia como algo doloroso y difícil pero aseguran que si es necesario volverán a hacerse una o más cirugías en el futuro.

Las modelos viven un ambiente familiar con varios sobrinos en la casa y con mascotas.

Priscila señala que ama a los animales, y no descarta seguir la carrera de Veterinaria. Yáscara siempre quiso ser abogada.

Por ahora, la carrera de ambas se encuentra en su mejor momento, planean que después de los 30 años se quitarán menos ropa para posar.



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