lunes, 7 de julio de 2014

Una modista de barrio triunfa en las pasarelas de París

Stéphanie Coudert era desde hace diez años "costurera particular" y hacía vestidos para un puñado de clientas en su tienda de París. Este domingo comenzó para ella una nueva vida: exhibió su colección en los desfiles de alta costura en París.

"Hacía alta costura, pero en secreto", confía la diseñadora de 39 años de cabello largo y oscuro. Su divisa: "una mujer, un vestido".

Stéphanie Coudert, instalada en el barrio popular de Belleville, atiende a una treintena de clientas regulares. Mujeres del barrio, otras llegadas porque le pasaron el dato y también, en algunos casos, turistas extranjeras enviadas por algún gran hotel.

Hasta que en enero pasado se produjo uno de esos encuentros que cambian la vida. Su trabajo llama la atención de un industrial dueño de un taller donde se confecciona la ropa de las marcas más conocidas.

Ese hombre, "un enamorado del trabajo manual", decide apoyarla y manda fabricar en su taller la colección que Stéphanie Coudert presentó el domingo, en el primer día de los desfiles de alta costura.

Se trata en realidad de su segundo desfile. El primero lo presentó hace justo 10 años. "Hacía todo sola. Era agotador". Luego decide trabajar para una clientela particular, convirtiéndose en costurera o modista personal, un oficio que en América Latina o España todavía existe, pero que en Francia casi ha desaparecido.

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