lunes, 4 de abril de 2016

El estilo de Michelle

Atrás quedó el look del que se arrepintió Michelle Obama, cuando en agosto de 2009 bajó del avión que la llevó junto a su familia a Tusayan, Arizona. Entonces, la Primera Dama de Estados Unidos arribó al Gran Cañón con unas gafas de sol y vestida con una camiseta blanca, una camisa verde y unos pantalones cortos grises. No imaginaba que esa muda propia de unas vacaciones, tras siete meses instalada en la Casa Blanca, iba a convertirse en una de sus apariciones más criticadas, informó El País.

Hoy, la historia es diferente. El cambio se dio cuando se presentó con el famoso vestido amarillo en el Congreso de Estados Unidos junto a su esposo Barack Obama, quien dio un discurso sobre el Estado de la Unión, en 2010. Ese traje marcó tendencia y rompió los récords: en menos de una hora, se agotó en la tienda online antes de que termine de hablar el Presidente.

El modelo de crepé de lana amarilla sin mangas fue una creación de Narciso Rodríguez, diseñador de origen cubano que se crió en Nueva Jersey. Él también fue el artista del vestido que lució la noche de las elecciones de 2008, cuando Obama fue elegido presidente por primera vez.

En los últimos años, esta mujer de 52 años se ha convertido en un ícono de la moda gracias a dos características que sellan su estilo: el color y la elección de prendas de diseñadores estadounidenses. Por otra parte, en su armario no faltan trajes de jóvenes talentos que dan sus primeros pasos en el diseño. Tanto así que ella fue jurado del programa Project Runway Junior, un reality en el que 12 aspirantes, entre 13 y 17 años, debían crear cada día un nuevo diseño acorde a las directrices marcadas por el concurso.

Michelle figura en las listas de mujeres mejor vestidas del mundo. Así lo apuntan revistas especializadas como People, JetSet y Vanity Fair, entre otras. Y en estos días también ganó un lugar como referente de moda en sus apariciones en Cuba y Argentina.

Esta Primera Dama “ha construido”, como lo analiza Carrie Budoff, periodista en la residencia presidencial, una imagen “muy glamurosa” y la de una mujer “muy cómoda en su piel”. De ahí que para el 47% de los norteamericanos es la mujer de un presidente mejor vestida de la historia, según una encuesta de Harris Poll, el año pasado. Y está considerada por sus compatriotas, según un sondeo de Gallup, como una de las más admiradas del mundo, junto a Hillary Clinton y la presentadora Oprah Winfrey.

Obama también es para la revista The Sunday Times una de las 50 mujeres más elegantes. En la publicación se explicó que su éxito reside en que “supo entender que su rol más importante es visual y que la moda puede ser una fuerza si se usa para inspirar y entretener”. En su afán de mantener esa definición, viste modelos de tiendas y de diseñadores, escapándole a marcas exclusivas como Chanel o Bill Blass que lucieron otras damas de la Casa Blanca.



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