Las estrellas apostaron por los vestidos largos, las transparencias y el blanco y negro para desfilar por la alfombra roja de Cannes, un estilo clásico y “cada vez más estandarizado”.
Como siempre las divas desataron polémicas entre los entendidos, y el caso de la boliviana Carla Ortiz, que encantó a unos y horrorizó a otros, no fue la excepción.
“Cannes no es un festival de moda”, explicó Nathalie Rozborski, consultora de moda en la oficina de tendencias Nelly Rodi. Pero en los 24 escalones que llevan al Palacio de Festivales en el boulevard de la Croisette, cubiertos por 60 metros de alfombra roja que se cambia tres veces al día, las estrellas son blanco de objetivos de fotógrafos y cámaras de Tv.
En todo caso, las actrices siguen considerando los vestidos largos de cola como un valor seguro. La australiana Cate Blanchett lo lució negro y de Armani Privé, la sudafricana Charlize Theron amarillo de Dior y la británica Rachel Weisz verde esmeralda de Prada. Igual que el negro, el blanco está muy presente, a veces con un aire de vestido de novia, como el romántico modelo de Rochas de Rooney Mara, el de encaje de Dior de su compatriota Emma Stone, o el de Marchesa con apliques florales de la china Fan Bingbing.
Este año las escalinatas de Cannes se vieron envueltas en una polémica por impedir el acceso a la alfombra roja a mujeres que llevaban zapatos bajos, pese a que las reglas, que exigen smoking y vestido de gala, no hablan para nada de tacones. El director artístico del festival, Thierry Fremaux, se vio obligado a pedir disculpas y atribuyó la prohibición al “exceso de celo” de algunos guardias de seguridad.
El portal www.gala.fr dijo sobre la boliviana Carla Ortiz que su maquillaje rosa destacó por su buen gusto, mientras que la web brasileña f5.folha.uol.com.br se mofó de su atuendo afirmando que pareciera que “se cayó en una piscina de glitter”.
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