martes, 23 de agosto de 2016
El burkini, moda que integra
El burkini suscita polémica en Francia, pero en su país de origen, Australia, es un medio de integración que permite a las musulmanas más rigoristas disfrutar de la playa, según la diseñadora de este traje de baño, Aheda Zanetti.
Parte de los políticos franceses arremete contra este traje de baño que cubre el cuerpo desde la cabeza hasta los tobillos. El primer ministro socialista Manuel Valls ha brindado su apoyo a los alcaldes (en su mayoría de derecha) que han prohibido la prenda en las playas.
Aheda Zanetti, una australiana de origen libanés de 48 años, la diseñó hace más de 10 años en Sídney para permitir a algunas musulmanas ir a la playa sin quebrantar sus creencias religiosas.
"La playa, el surf, el sol y el deporte forman parte de la cultura australiana y tenía la sensación de haber estado privada de todas estas actividades durante mi juventud", declara a la AFP esta mujer, tocada con velo.
La idea del burkini se le ocurrió viendo cómo su sobrina jugaba al netball.
"Quería que nadie se viese privado de actividades deportivas debido a las restricciones impuestas por el pudor".
Zanetti abrió su primera tienda en Sídney en 2005. Desde entonces, esta madre de tres hijos ha vendido más de 700.000 burkinis y exporta a países como Suiza, Reino Unido, Bahréin o Sudáfrica.
El burkini saltó a la palestra después de los disturbios en Cronulla, en Sídney, entre jóvenes originarios de Oriente Medio y australianos blancos determinados a "tomar de nuevo posesión" de la costa.
"NO OCULTA UNA BOMBA"
Los enfrentamientos causaron una conmoción en Australia y llevaron a la asociación de socorristas Surf Life Saving Australia (SLSA) a diversificar el personal, contratando a musulmanes.
Zanetti recibió entonces un pedido de burkinis amarillos y rojos, los colores emblemáticos de la SLSA.
El burkini ha permitido a Siham Karra-Hassan nadar de nuevo en una piscina, después de haber sido expulsada de una porque no tenía derecho a vestir prendas de algodón dentro del agua.
"Las cosas cambiaron muy rápido con el burkini", explica a la AFP esta madre de seis hijos. Su hija de 25 años es monitora de natación y viste burkini.
"Soy una persona muy activa. Por eso cuanto más ejercicio pueda hacer, cuanto más pueda bañarme, más pueda ponerme burkini, más contenta estoy", afirma.
Al principio, los otros bañistas le echaban una mirada fulminante pero luego todo se fue normalizando, afirma. Algunas mujeres (incluidas algunas no musulmanas) le hacen preguntas sobre el burkini y se plantean comprarse uno para protegerse del sol australiano.
Fatma Taha, profesora de gimnasia, da clases de aeróbic acuático a mujeres en el oeste de Sídney. Según ella, el burkini ha facilitado la participación de algunas musulmanas.
Zanetti, que ha registrado como marca "burkini" y "burqini" (contracción de la palabra burka y bikini), lamenta la connotación negativa de sus productos en Francia. El burka es el velo integral que oculta el cuerpo y la cabeza, dejando una pequeña abertura a la altura de los ojos, donde lleva una rejilla.
Los políticos franceses "usan la palabra burkini como si fuera un concepto islámico negativo cuando en realidad es sólo una palabra", declara.
"Es una palabra que he creado para designar un producto que fabrico. No escondemos una bomba debajo. No sirve para entrenar a terroristas", añade.
"Una prenda sirve para satisfacer un tipo de necesidad específica —prosigue—. Un burkini es un tipo de prenda para una actividad específica. Y por debajo nos ponemos siempre un bikini".
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Lo que más me llama la atención es esas mujeres que afirman llevar el pañuelo islámico, el chador o el burka por propia voluntad y sin ninguna coacción. Entonces ya me quedo más tranquilo. Por supuesto todas estas mujeres han sido hijas de musulmanes. Que causalidad que la mayoría de los niños hijos de musulmanes sean también musulmanes, al igual que ocurre con los católicos o con cualquier otra confesión. Pero eso sí, los niños siempre han elegido voluntariamente, sin coacción y sin adoctrinamiento alguno en particular la religión de sus padres y no otra cualquiera. Qué raro que ahora ningún niño del mundo elija libremente adorar a Zeus o a Mitra con lo bonitos y pintorescos que quedarían. Y yo me pregunto en mi infinita maldad de ateo ¿Será que no existen actualmente padres seguidores de estos ancestrales dioses que les inculquen el virus del mitraísmo o de la antigua religión griega? En resumen, que caemos en la falacia de respetar las creencias “libremente” impuestas por unos padres o su entorno cultural a una hija en nombre de la libertad religiosa. Siguiendo con ese mismo argumento, miedo me da cuando un llegue un pedófilo que haya convencido a sus hijos o a menores próximos a él de que libremente han aceptado mantener relaciones sexuales con viejos verdes. Lo único que tienen que hacer esos criminales para mantenerse dentro de la legalidad sin ser molestados por la justicia y además estar protegidos en sus asquerosas actividades, es decir que esa violación infantil es parte de las creencia de su religión y que son los dictados de un piadoso y todopoderoso (pero por supuesto también indetectable) dios de la pedofilia y asunto arreglado. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2015/12/sobre-belenes-panuelos-y-laicidad.html
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