Ciertamente, la transparencia está de moda y tan fuertes pueden ser estas tendencias que su uso indiscriminado (y a veces exagerado) puede suscitar un efecto adverso, no el de la sensualidad velada y femenina que se pretende transmitir, sino más bien una imagen poco elegante y desprolija de la propuesta, dependiendo del espacio y momento en que se vayan a usar y desde luego, la cantidad de piel que deje al descubierto. Asimismo, el color y tamaño del vestido junto al tipo de silueta de quien lo usa deberá ser muy tomando en cuenta.
Para lucir dichas transparencias habrá que considerar que la ropa interior no debe ser visible en ningún caso, menos si esta es de otro color diferente al de la piel. Pero si además de transparencia llevamos escote, podemos considerar que ellos no deben competir entre sí.
Si de elegancia y distinción hablamos, entonces valdrá la pena no olvidar que si bien revelar piel desnuda siempre es un imán para atraer miradas, es bueno que dichas miradas sean de admiración por la belleza y buen gusto de nuestro singular y atractivo diáfano atuendo.
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