Si pudieras escoger entre belleza física y estilo, ¿qué preferirías? Es un hecho que una sin la otra, pierde sentido. ¿Cuántas veces has estado frente a una persona bellísima pero sin personalidad? Es todo un shock, deja de ser atractiva.
Sin embargo, una persona con menos atributos físicos, pero con estilo, hace a todos voltear en un segundo al cruzar la puerta. El problema es que muchas veces no te das cuenta de que hay ciertos hábitos que te restan puntos.
Recorre esta lista con mirada introspectiva y si cuentas con alguno de ellos, ¡elimínalo ahora mismo!
Mascar el chicle de forma muy vistosa: No tiene nada de malo hacerlo, al contrario. El buen aliento será siempre apreciado por aquellos que te rodean, pero asegúrate de hacerlo sutilmente. Si de plano no puedes controlarlo, mejor opta por una pastillita.
Hacer ruido al comer: Este hábito es un tanto parecido al del chicle. Esos ruiditos son un off total. Hacen que los otros pierdan por completo el hilo de la conversación que están teniendo contigo por escuchar incrédulos el “chunck chunck” de tu boca.
Sentarte con mala postura: Al sentarte derecha no sólo te verás mejor, sino que además ayudarás a desarrollar los músculos de tu abdomen, así que sin importar si la gente te está viendo o no, practica este buen hábito.
Caminar sin porte: ¿Te acuerdas de cuando eras chiquita y te ponías un libro en la cabeza para ver qué tan derecha caminabas? Hazlo de nuevo. Nada te da más presencia que tu manera de caminar. Repite el ejercicio con tacones. A veces ahí es donde perdemos el estilo. Sólo usa aquellos zapatos que te sean lo suficientemente cómodos para mantener la postura correcta.
Esto es algo que el espejo no siempre te podrá revelar, así que si quieres estar segura, pregúntale a alguien a quien le tengas confianza.
Beber demasiado: Claro que es divertido salir a cenar o a bailar con tus amigas o galán, pero no dejes que se te pasen las copas. Además de las terribles consecuencias que esto puede traer a tu vida, pocas cosas le dan un bajón más grande a tu estilo. Acuérdate que puedes pasarla bien sin necesidad de beber alcohol.
Hablar con groserías: Con la liberación de la mujer, muchas han optado por llenar su léxico de tremendas palabrotas. Evítalo a menos de que sean indispensables para expresar alguna idea. Siendo realistas, es igual de molesto escuchar a hombres hablando así.
Morderte las uñas: No hay mucho que agregar a este terrible hábito. Es muy molesto para aquellos que te rodean, sin contar el daño que le haces a tus manos. Si la raíz de este problema es que te pones nerviosa, procura tener una pelota de espuma o algo que puedas apretar en tu mano. Otra opción es ponerte una pulsera con la que puedas descargar tu nerviosismo. Pero nunca con las uñas.
Dejar muy poco a la imaginación: No queremos sonar como abuelitas, pero es un hecho que enseñar de más no siempre es agradable a la vista. Para siempre verte elegante, considera sólo mostrar un lugar en específico: si vas a usar un escote pronunciado, asegúrate que tus piernas no estén al descubierto. Si tienes ganas de ponerte una mini, no uses escote.
Sentarte con las piernas abiertas: Cuánta razón tenían nuestras mamás cuando nos decían que cerráramos las piernas. Nada peor que tener vista panorámica a esa área. Considera a tus rodillas como BFF's a quienes les encanta estar juntas.
Hablar muy fuerte: La discreción reina cuando de estilo se trata. ¿No te parece molesto escuchar la conversación de alguien que está del otro lado de la oficina? Muchas tendemos a levantar la voz cuando estamos al teléfono. Si eres de esas personas, asegúrate de hacer tus llamadas un poco lejos del resto para no molestar a nadie.
Hablar mal de otros: Nada más “out” que ser la criticona del grupo. Aunque a todas nos gusta escuchar un buen chisme, siempre sabrás que la persona que habla mal de otros a sus espaldas, hará lo mismo contigo. Si estás sacada de onda por las acciones de alguna de tus amigas, tienes todo el derecho de hablar al respecto, pero sin que tus comentarios tengan veneno. Esto cambiará mucho la percepción que otros tengan de ti. Si no sabes qué cosas se valen y cuáles no, pregúntate si te gustaría que alguien más hablara así de ti y tendrás la respuesta.
Ser negativa: Todas pasamos por épocas difíciles, pero no dejes que esto nuble tus pensamientos al punto que te vuelvas una de esas personas que se quejan de todo, o ven lo negativo en lo bueno de la vida. Controla tu mente y recuerda que todo lo que vives es una visión prefabricada por tus pensamientos.
Si tienes una amiga que cuenta con uno de estos hábitos, encuentra la manera de decírselo en privado. Al hacerlo, podrás lograr una fuerte diferencia en su vida.
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