Recordemos que la moda es una forma de expresarse dentro de una sociedad. La nuestra por cierto, no es nada tolerante al respecto, muchos diseñadores se encuentran sometidos a ciertas limitaciones, no solamente porque no pueden crear lo que quisieran, su esfuerzo e idoneidad no son valorados, o deben combatir como David frente a
Goliat contra políticas que no protegen nuestra incipiente industria de la moda.
Las fuerzas contra las que debemos luchar son diversas; entre ellas, una visión estrecha que no nos permite crear e inspirarnos en temas diferentes, pues para empezar, nadie vestiría nuestras prendas. Por un lado, una sociedad conservadora que no mira más allá de sus horizontes y sataniza la innovación olvidando que somos el resultado de fusiones, que la pureza y los cánones estéticos nunca son absolutos. Por el otro lado, un grupo antagónico que adora lo foráneo y la marca, (Independientemente de su calidad y estética) ignorando que nuestra patria tiene también profesionales talentosos que con acierto y entrega crearían moda a gran escala generando las tan necesarias fuentes de trabajo en nuestro país.
No resistí la tentación de compartir las imágenes de un desfile realizado recientemente en Gran Bretaña en la emblemática Bahía de Westminster, donde las propuestas de la firma Gucci dejaron pasmados hasta a los más audaces…aunque sin duda, a pesar de los evidentes extremos, recibieron el aplauso de muchos excéntricos, que entusiastas, compraron hasta agotar el exquisito stock que hoy nos deleita.
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