Quien dude del poder comunicativo de los colores, es que no estuvo atento a la campaña electoral de Estados Unidos y su inesperado desenlace. O por qué el color púrpura era importante. O a los motivos por el que el rosa cuarzo era la mejor representación del chaos magic y de la estética estrambótica de Wes Anderson. Los colores expresan, sí, pero también hay quien le atribuye la capacidad de influir sobre el estado de ánimo y quizás ese sea uno de los motivos que ha influido en la elección del color del año 2017.
"Greenery estalla en 2017 para darnos la tranquilidad que anhelamos en medio de un tumultuoso ambiente social y político. Satisfaciendo nuestro creciente deseo de rejuvenecer y revitalizar, simboliza la reconexión que buscamos con la naturaleza, unos a otros y un propósito más grande". Son las palabras de Leatrice Eiseman, directora ejecutiva de Pantone, para describir Greenery (literalmente, follaje o verdor), el tono que, según la empresa referente mundial en lo que a coloración se refiere, teñirá el próximo año.
¿Cómo definirlo con exactitud? Realmente, puede resultar uno de los más sencillos de las últimas temporadas, ya que se trata de un verde amarillento que, a pesar de las posibles declinaciones y de tratarse de un tono inusual, es fácilmente identificable (aunque, todo sea dicho, ya se vislumbran las clásicas discusiones de "¿este verde es greenery o no?"). Tal y como sostienen desde Pantone, "evoca los primeros días de primavera, cuando la naturaleza revive, se restaura y se renueva", además de ser "un matiz omnipresente en todo el mundo". Puede que las pasarelas no estén 100% de acuerdo con la afirmación, pero si Gucci y Balenciaga, dos de las firmas más influyentes en la industria, lo incluyeron en sus colecciones de primavera-verano, por algo sería.
Sin embargo, los motivos expuestos por la institución de coloración van más allá y apelan (como era necesario) a cuestiones sociológicas. "Cuanto más sumergida está la gente en la vida moderna, mayor es su deseo innato de hundirse en la belleza física inherente al mundo natural. Este cambio se ve reflejado en la proliferación de todas las cosas que expresan el color en la vida diaria, como la planificación urbana, la arquitectura, el estilo de vida y las elecciones de diseño a nivel global". Y teniendo en cuenta que la tendencia es una cada vez mayor preocupación por la naturalidad en comidas y escapadas con fines de detox digital, puede que la reflexión no esté desencaminada.
Pantone ya ha escogido su color favorito, pero habrá que esperar para comprobar si tiene un calado real en las prendas que se lucirán durante los próximos doce meses.
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