jueves, 13 de febrero de 2014

TRASGRESORES SOSTENES, ATREVIDOS LIGUEROS, DELICADOS “CULOTTES”, CÓMODOS “BODYS” Y SEDUCTORAS BRAGUITAS Y SUJETADORES

Sexy, provocativa, pícara, cómoda o infantil, la nueva lencería se abraza al cuerpo como una segunda piel. Y es que cada tipo de cuerpo pide una pieza perfecta para conferir una belleza especial y proyectar feminidad con un toque de “femme fatale”.

Prendas delicadas que van a juego con el estilismo elegido para afrontar una larga jornada laboral. Por eso, cada temporada es necesario cambiar de estilo y ajustar los conjuntos a las tendencias y ocasiones especiales.

Este año se imponen los patrones cómodos para otorgar libertad y bienestar. Los expertos en color anuncian que se llevaran los tonos dulces y los metálicos, aunque el blanco, el negro y el nude no ceden el paso.

Regresa el “body” tanto para el día como para la noche. Pieza lencera que tuvo su apogeo en la década de los ochenta y que vuelve al cajón de la ropa interior con aires renovados y desinhibidos. Lily Blossom entiende la lencería como algo más que ropa interior. Esta firma trabaja una lencería más erótica que otros diseñadores. En sus colecciones se puede elegir entre bragas, sujetadores, tangas, ligueros, pezoneras, máscaras venecianas, “bodies” y corsés sensuales.

La reina de la lencería

Pero hoy en día, la lencería más deseada es la de Chantal Thomass, diseñadora de espíritu bohemio y reivindicativo, la primera en subir una colección de lencería de alta costura a las pasarelas.

Fundadora de una de las firmas de lencería más exclusivas, Chantal Thomass tiene un don especial para idear conjuntos de alta costura en los que la provocación es sutil, elegante y delicada, además trabaja para dar protagonismo a las curvas femeninas con un particular estilo “femme fatale”, que año tras años va reinventando y traduciendo en nuevas propuestas.

Thomass fue pionera en utilizar tejidos masculinos para coser prendas íntimas femeninas, tejidos que mezcla con sedas, tules y rasos hasta crear un nuevo lenguaje en la lencería.

A finales de los años sesenta ya utilizaba la franela (tejido de algodón afelpado), el lurex (revestido de poliéster) y la lona encerada como parte de la efervescencia inventiva del prêt-à-porter juvenil.

Para este invierno propone una atractiva colección inspirada en el colorista mundo del circo, en la que incluye conjuntos que van desde el discreto “nude” hasta los atrevidos rojos y negros, siempre dentro la maravillosa dualidad, sensual-sexual que invade la estética de la firma.

La diseñadora francesa se define como una creadora de moda. “Para mí, la lencería es moda y la trato como tal”, ha contado a Efe Estilo, Chantal Thomass, quien diseña para la “antimujer-objeto”.

Su fuente de inspiración son las tendencias de moda, propuestas que maneja y manipula a su antojo hasta crear piezas con un estilo, con un sello propio que se mece entre la sensualidad y la provocación.

El universo de esta firma es inconfundible, tiene una visión de la lencería transgresora, atrevida y sexy. Sabe conquistar a la mujer con una dosis justa de irreverencia y una pizca de impertinencia.

París siempre está presente en sus colecciones, “es mi fuente de inspiración”, dice la creadora, a quien le gusta mezclar lo femenino con lo masculino con la intención de hacer piezas más atractivas.

Dueña de un estilo inconfundible Chantal Thomass ha hecho del “frousfrous” -tul plisado-, los lazos y algunos accesorios masculinos como la corbata, el cuello esmoquin o los botones sus señas de identidad.

En cuanto a los estampados le gusta trabajar los motivos geométricos, las flores, las rayas, los estampados salvajes, además de realzar las piezas lenceras con encajes, camafeos o coquetos lazos.

Reinvento el estilo “hippy”

Con su primer proyecto “Ter et Bantine” reinventó los códigos del estilo “hippy” con estampados psicodélicos y patrones de mayor tamaño, piezas que enamoraron a Brigitte Bardot o Michelle Mercier, entre otras mujeres.

Tres años después, Thomass subió por vez primera una colección de lencería a la pasarela, en la que destacaban “bustiers” de sedas, ligueros, “pantys” y corsés, confeccionados con materiales clásicos del prêt à porter.

En 1975 era una marca de lencería consolidada, y expertos en moda compararon a la diseñadora con creadores como Sonia Rykiel, Thierry Mugler o Martithé et François Girbaud. Atrevida y arropada con un halo de libertad, Thomass reinventa los códigos de la moda íntima, que hasta ese momentos había permanecido escondida.

En un momento en el que era difícil para las mujeres realzar su feminidad sin ser consideradas como un objeto sexual, ella consiguió que las mujeres pudieran divertirse siendo provocativas y expresar su personalidad a través de la moda íntima, una filosofía que abandera todas sus colecciones.

Cupido lanza flechas rojas

Este año se imponen los patrones cómodos para otorgar libertad y bienestar. Los expertos en color anuncian que se llevarán los tonos dulces y los metálicos.



Sensualidad a flor de piel

Regresa el “body” tanto para el día como para la noche. Pieza lencera que tuvo su apogeo en la década de los ochenta y que vuelve al cajón de la ropa interior con aires renovados y desinhibidos.



Bohemio y sexy

Hoy en día, la lencería más deseada es la de Chantal Thomass, diseñadora de espíritu bohemio y reivindicativo, la primera en subir una colección de lencería de alta costura a las pasarelas.



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