jueves, 21 de agosto de 2014

RANIA DE JORANIA ES UNA MUJER DE MUCHAS CARAS: LA DEL GLAMOUR, LA DEL ACTIVISMO EN FAVOR DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA EN SU PAÍS

Ella es reina desde que su marido, el actual Rey de Jordania, Abdala II, con el que tiene cuatro hijos, la proclamase como tal el 7 de febrero de 1999 tras casi cinco años de matrimonio convirtiéndose así en la reina más joven del mundo.

Aunque se la conoce con el nombre de Rania de Jordania, su nombre actual es Rania Al Abdullah y nació como Rania Al-Yassi el 31 de agosto de 1970 en Kuwait.

Habla un perfecto inglés -estudió en esa lengua en un colegio de Kuwait- porque su vida fue muy diferente a la de tantos exiliados y refugiados palestinos.

Hija de un médico de Tulkarem (Cisjordania), fueron expulsados del emirato en la primera guerra del Golfo (1991) y se instalaron en Ammán. Se licenció en Administración de Empresas por la Universidad de El Cairo, y trabajó brevemente en Citigroup y en Apple.

Su principal misión solidaria es la de defender los derechos de las mujeres y los niños aunque apoya numerosas misiones humanitarias y naturales en todo el mundo además de participar activamente en los fondos económicos internacionales.

Siempre sin velo, aunque recite cinco veces al día el Corán, Rania se desdobla en infinidad de organismos internacionales y fundaciones. Asidua asistente a la conferencia anual de Davos, no es de las que aguanta inactiva a la sombra del marido.

Su impronta humanitaria

Rania lucha contra los estereotipos y difunde la imagen de que el islam no es incompatible con la modernidad. Aunque es una tarea titánica, en especial porque sus raíces palestinas provocan cierta suspicacia entre los jordanos que no son de ese origen.

Los palestinos la aprecian, sobre todo después de la campaña en la que prestó su imagen a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados durante la guerra de Gaza. “O los derechos humanos no son universales, o los palestinos de Gaza no son seres humanos”, criticó.

Además de participar en los foros económicos internacionales más relevantes del sistema, Rania lleva su competencia y autoridad a todos los terrenos de la vida política planetaria al involucrarse con causas sociales y medioambientales. Su papel fue decisivo al estallar la Primavera Árabe y ha ejercido como mediadora en todos los debates posibles. Además su labor ha sido condecorada con numerosas distinciones honoríficas.

Su estilo

Desde la crisis y protestas de la Primavera Árabe, Rania ha moderado -por petición popular y compromiso personal- sus estilismos para solidarizarse así con su pueblo. La que fuese considerada como el referente mundial de las mujeres elegantes, lució creaciones de Alta Costura con imponentes joyas de valor astronómico y encontró en Gucci, Lanvin, Prada y Giorgio Armani a sus diseñadores fetiches. Éste último la considera su musa y llegó a afirmar que ‘tiene el cuerpo de una modelo pero lo porta como la reina que es’. Aún así, pese a la disminución de su agenda social, sus looks continúan estando milimétricamente estudiados y pese a la sobriedad, su estilo continúa siendo impecable. De ahí que siga estando considerada como una de las mujeres mejor vestidas y más influyentes del planeta.

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