La modelo subió a la pasarela de la Semana de la Moda de Sao Paulo de la mano de Colcci -marca de la cual es musa desde sus comienzos, el año 2004- y lo ha hecho arropada desde el front row por su marido Tom Brady y parte de su familia y amigos.
Bündchen pisó con fuerza la pasarela a ritmo de ‘Flower punk’ luciendo un vestido blanco muy étnico combinado con sandalias negras planas de estilo romano.
Más tarde volvió a salir del backstage luciendo un vestido muy primaveral en color coral con falda de rayas y estampado geométrico en la zona del pecho. Y tras esta segunda aparición, en la que las lágrimas ya comenzaban a intuirse en su mirada, Bündchen volvió a la pasarela con vaqueros y camiseta blanca serigrafiada con su rostro y arropada por algunos de sus compañeros de profesión.
La modelo dijo que se va de la pasarela, pero no abandona el modelaje, por lo que muy pronto Gisele Bündchen volverá a convertirse en imagen de alguna de las colecciones de moda o belleza que están por venir de cara ya a la presentación de las tendencias del próximo otoño/invierno 2015/2016.
Mientras hacía algo tan inocente como comer una hamburguesa en familia en un McDonald’s, un agente de modelos se fijó rápidamente en ella y no dudo en preguntarle si se dedicaba al mundo de la moda. Corría el año 1993 y, aunque en un primer momento no se sentía con fuerzas, meses más tarde se subió por primera vez a la pasarela. Ahora, dos décadas más tarde, se baja de ella para siempre.
Desde sus comienzos sobre su piel se colocó las tendencias de las firmas más prestigiosas del mundo por las Semanas de la Moda de medio mundo. En sus veinte años de trayectoria y a punto de cumplir 35 años, Gisele Bündchen ha conseguido ser la top con más ingresos y la más buscada por las firmas de moda y belleza.
Firmas que podrán seguir contando con su presencia para las presentaciones de sus diferentes colecciones pero no sobre su pasarela cuando llegue el momento de dar a conocer sus tendencias en la Nueva York Fashion Week, Milan Fashion Week o París Fashion Week.
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