La semana pasada la diseñadora de origen francés Sonia Rykiel ha fallecido en París a la edad de 86 años como consecuencia de la enfermedad de Parkinson, que sufría desde hacía años y de la que ella misma había hablado públicamente.
El presidente francés, François Hollande, fue uno de los primeros en reaccionar apenas pocos minutos después de que trascendiera la noticia y, en un comunicado, destacó que fue “una mujer libre, una pionera que supo trazar su camino”.
En un comunicado divulgado por el Elíseo, Hollande recordó que fue ella misma la que creó su empresa de moda y abrió su primera tienda en Saint Germain de Prés, junto al barrio latino de París, en mayo de 1968, una fecha particularmente significativa por las revueltas estudiantiles que se produjeron allí en esas fechas.
“Inventó no sólo una moda, sino una actitud, una forma de vivir y de ser, y ofreció a las mujeres libertad de movimiento”, señaló el jefe del Estado, que también hizo hincapié en que su estilo es mundialmente conocido y que perdurará “como el símbolo de la alianza destacable del color, de lo natural, de la fluidez y de la luz”.
Su legado
Optimismo. Esa es quizá la palabra más asociada a la diseñadora, que nació en las afueras de París en 1930 fruto del matrimonio entre una rusa, de la que ella misma destaca que era una mujer muy elegante, y un rumano. Tras trabajar como escaparatista en París, se casó con Sam Rykiel en 1953 y juntos heredaron el negocio de los padres de éste, una boutique de moda.
La anécdota que dio inicio a su prolífica carrera fue en 1962 cuando estaba embarazada de Nathalie y no encontraba un sweater suficientemente amplio y suave para llevar. Gracias a un proveedor veneciano encontró el diseño adecuado. Poco después éste sweater oversize se convertiría en su símbolo.
Apodada en 1967 por la prensa estadounidense con el sobrenombre de Queen of Knits (La reina del punto) es la máxima responsable de que este tejido se convirtiera en tendencia. La silueta ‘oversize’, una nueva paleta de colores y técnicas renovadas definieron su innovador trabajo en los setentas. Liberó a la mujer y se centró en el pret-a-porter, huyendo de los diseños imposibles para la mujer de a pie que proponía la Alta Costura.
“Una mujer puede transmitir un erotismo fantástico cuando está desnuda… otra puede lograr lo mismo con un jersey de cuello vuelto”, es la frase que mejor resume la filosofía de esta visionaria que revolucionó el armario femenino dando prioridad a la comodidad.
Bautizada como “The poor boy sweater” (el jersey del niño pobre) su pieza estrella saltó a la fama en la portada de la edición francesa de Elle.
Los pantalones anchos, jerséis de manga reglán y punto fluido son las tres señas básicas de su estilo.
Entre sus primeras clientas se encontraban Brigitte Bardot, Catherine Deneuve y Audrey Hepburn, quien compró un mismo jersey en 14 colores según aseguró Rykiel en una entrevista al diario The Guardian. La conocida como “reina del punto” fue la primera diseñadora que introdujo eslóganes en sus prendas y también la primera que filmó uno de sus desfiles, concretamente el de 1975.
La francesa ha ido relegando progresivamente el control de la firma a su hija Nathalie que no obstante ha mantenido el espíritu jovial y los emblemas de la marca (punto, rayas y colores vivos) y los ha popularizado con acciones como su colaboración con la cadena sueca H&M en el año 2009.
LO DIJO:
“No es verdad que las prendas luzcan mejor en las chicas delgadas, lo que cuenta es la actitud”
SONIA RYKIEL
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