Botas, abrigos, sweater-dresses, tights… El otoño es la temporada más consentida por el mundo de la moda y también por nosotras, que esperamos ansiosas las frías noches de abril para sacar nuestras amadas botas y abrigos (o comprarnos un par nuevo… que nunca está de más) y vestirnos más elegantes, lo que de alguna manera nos hace sentir diferentes.
Y es que, por encima de las tendencias, está el impacto que tiene la ropa que elegimos sobre nuestras acciones, nuestros sentimientos, nuestro estado de ánimo… sobre nuestra propia psicología.
La Northwestern University de Chicago acaba de publicar un informe acerca de la influencia que tiene la ropa sobre los procesos cognitivos de quien la viste, basándose en el comportamiento de un grupo de estudiantes a los que se les encomendó desempeñar determinadas tareas ataviados con la misma bata blanca: a unos se les dijo que la bata era de médico y a los otros que era de pintor.
Los investigadores concluyeron que aquellos que asimilaron su vestir a la praxis médica cumplieron con su cometido de manera más rigurosa y responsable que aquellos que percibieron su atuendo como eso que le sirve al pintor para no mancharse.
Según el Dr. Galinsky, uno de los impulsores de este proyecto que fue publicado en The Journal of Experimental Social Psychology, la ropa que te pones, o más concretamente, el significado que ésta tiene, predispone tu manera de actuar.
De los 74 voluntarios sometidos a este ejercicio, los que creyeron llevar una bata de médico actuaron con mayor diligencia porque asociaron vestimenta con competencia. Los otros, no.
¡A todas nos pasa! Nuestro “look” genera sentimientos y experiencias. Por ejemplo, cuando llevas un jean con flats te sientes, y hasta actúas (inconscientemente) muy diferente que cuando llevas una falda con botas.
La ropa que nos ponemos es capaz de alterar la manera en la que interaccionamos con el resto del mundo porque determina el modo en el que nos ven los demás, de la misma manera que condiciona lo que pensamos de nosotros mismos.
Teniendo esto en mente, aprovecha esta temporada fría para consentirte con las tendencias de otoño y recuerda que la moda no se trata de vestir, pero de hacer que cada look sea tuyo, siendo fiel a quién eres, y de dejarte llevar por las sentimientos y experiencias que nos regala el arte de vestirnos.
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