Hedi Slimane volvió a las pasarelas tras cinco años alejado del mundo de la moda con una colección "prêt-à-porter" de mujer para un nuevo Saint Laurent, al que ha convertido en suyo.
Como un alumbramiento, el techo de la sala en la que se celebró el regreso de uno de los modistos más cotizados del mundo se abrió y los haces de luz iluminaron la oscuridad del espacio.
Los altavoces descendieron con una música acompasada que, con un ritmo cada vez más rápido, bien podía simular los latidos del corazón de un recién nacido que respondería al nombre de Saint Laurent.
Los primeros modelos que desfilaron ya lucían una identidad mestiza, con el negro elegante de París y los cortes del oeste americano, coronados por un sombrero, también negro, de vaquero con una inmensa ala.
El modisto francés, de madre italiana y padre tunecino, desde 2010 está afincado en Los Ángeles y ha decidido, con el acuerdo de la casa propiedad del grupo PPR, diseñar sus modelos desde allí.
Flecos sobre prendas de ante en color camello y ostentosas pecheras evocaron el imaginario del "Far West", mientras largos y holgados vestidos trasladaban la pasarela a los años setenta.
La primera colección de Hedi Slimane para mujer estuvo dominada por el negro y los colores sólo desfilaron, tímidamente, al final.
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