Como dijo Marilyn Monroe: “No sé quién inventó los tacones altos, pero todas las mujeres le debemos mucho”. Y es que los tacones son el arma perfecta para regalarnos esa dosis de seguridad y seducción.
“Las mujeres que amamos los tacones altos adoramos la feminidad y sensualidad”, asegura Chyna Whyne sobre la devoción (extrema) que sentimos las mujeres por los zapatos de tacón. Whyne es experta en el tema; escribió la biblia de los tacones Mastering the Art of Wearing High Heels: 10 Hot Tips y según ella “muchas mujeres maldicen los tacones porque no son capaces de caminar con ellos adecuadamente. Y caminar mal con tacones puede ocasionar muchos problemas”. Y es que, pese a todas esas bondades emocionales, la realidad más física nos confirma que tienen un tremendo poder castigador. Al cambiar el centro de gravedad se ocasionan problemas en rodillas y caderas y los músculos y tendones sufren.
“Educamos a las mujeres sobre lo que tienen que hacer y no hacer sobre unos tacones, les decimos cómo adoptar la mejor postura para evitar dolor en los pies, calambres en las pantorrillas y aliviar el dolor de espalda”, dice la “gurú de los high heels”.
Lecciones esenciales
“Andar mal con tacones altos puede ocasionar problemas en las articulaciones, deformidad en el pie y otros problemas de salud (la postura se ve afectada, empujando el centro de la gravedad y provocando una mala alineación de las caderas y de la columna. Además, la zona lumbar sufre ciáticas y dolor lumbar y aumenta la presión delantera del pie produciendo juanetes o dedos de martillo). Sin embargo, a pesar de todo ello las mujeres no renunciamos a ellos. De ahí la importancia de aprender a caminar, porque “cuando una mujer sabe cómo andar correctamente con tacones altos, con gracia, elegancia y una postura erguida, se convierte en una mujer segura de sí misma, lista para destacar”.
Un zapato para cada día. Expertos aconsejan alternar alturas de tacón todos los días.
Y es que, el factor del uso continuado es el que produce daños irreversibles en rodillas, caderas, columna, tobillos, y especialmente en el tendón de Aquiles. Según informes de la Escuela Española de la Espalda (EEDE) “los tacones altos crean una sobrecarga excesiva en la parte anterior del pie, ya que obligan a los dedos y al antepié a soportar todo el peso corporal desatando el desgaste de estas articulaciones. Nuestra espalda también sufre; al aumentar la altura entre el talón y el suelo, el peso del cuerpo se proyecta hacia delante y favorecer la aparición de dolores además de provocar otras patologías de las rodillas y musculares”.
Mujeres y zapatos:
Una historia de amor
Poder. “Sentimos devoción por los tacones porque los hombres sienten pasión por ellos. Y, por tanto, a nosotras eso nos da poder sobre ellos”, afirma Rebeca J. Cirujano, Beauty Coach de Slow Life House, que añade: “Los tacones están vinculados a la sensación de poder que implica ser capaz de andar con ellos y exponer al mundo que te sientes segura”.
Moldea el cuerpo. “Lo que buscamos al subirnos a unos tacones no es parecer más altas, sino más esbeltas. Eso sí que es un rasgo que buscamos las mujeres casi sin excepción”, asegura Rebeca J.
Cuestión de sensualidad. “Los tacones altos ayudan a las mujeres a sentirse más sexys y con más confianza porque al usarlos encienden la sensación de poder y sensualidad. “Tan sólo se trata de aprender a caminar con tacones. Tendrás el mundo a tus pies”, expresa Chyna Whyne. “Cambian radicalmente nuestra manera de caminar en general”.
Mejor vida sexual. Al caminar con tacones contraes los músculos vaginales, con el consiguiente fortalecimiento del suelo pélvico y los beneficios para su vida sexual, asegura Rebeca J.
¿Un fetiche? Los tacones son sexys, la pregunta es, ¿por qué? “Cuando la mujer los usa asume una pose primitiva para aparear, llamada lordosis. Su trasero se eleva y su espalda se arquea”, explica la famosa antropóloga y autora Helen Fisher, PhD. Pero hay más: no solo se trata de cómo se ve tu trasero, de acuerdo a Daniel Amen, MD, autor de The Brain in Love, nuestras mentes están estructuradas de una manera que asocian los pies con el sexo. “El área cerebral que comunica con los genitales está junto al área que se encarga de los pies.
Estas regiones comparten un conexión neural, por eso los pies son eróticos”, explica.
Cuestión de altura y clase. “Como la mayoría de los animales, estamos programados para asociar la altura con el poder”, dice Fisher.
“Los tacones literalmente elevan tu estatus porque eres más alta cuando los usas”, asegura. Asimismo, los tacones también cargan un significado histórico. En siglos previos, solo los ricos usaban tacones altos, el resto usaba zapatos prácticos para poder realizar el trabajo físico. “Los zapatos mostraban la clase social, y aún tenemos un poco de ese pensamiento engranado en nosotros”, dice Fisher.
Tratamientos “post tacones”
Podólogos aconsejan hacer ejercicios para descongestionar la zona y recomiendan a aquellas que van subidas en alzas a diario empiecen a hacerlo en días alternos. Casi todos coinciden asimismo en que hay que practicar estiramientos de tobillo y del tendón de Aquiles.
Usa plantillas. Teniendo en cuenta que cuando llevas tacones la zona que más sufre es la delantera del pie, se recomienda usar media plantilla personalizada para “descargar esta zona”. Prueba la fabulosa tecnología Insola, una plantilla que funciona desplazando el peso desde la base del pie hasta el talón y, al distribuirlo, otorga la sensación de estar usando algo menos alto, además de brindar protección y estabilidad en el arco.
Ejercicio. Un ejercicio que funciona para estirar los músculos de la pantorrilla consiste en pisar una pelota de tenis sentada, moviéndola hacia delante y hacia atrás para hacer trabajar todo el pie, desde la punta de los dedos al talón.
¡Quiero un masaje! Lo dicen, entre otros, Bastien González, el gurú de los pies. “Cuando una mujer se casa debería firmar un contrato mediante el cual el marido se compromete a darle un masaje en los pies cada noche”, bromea. Pues mejora la circulación.
Ritual post-stilettos. Preparar un baño con dos cucharadas soperas de bicarbonato, una de sal (ideal para la hinchazón de los pies, al tiempo que suaviza y exfolia), una taza de vinagre y media taza de lavanda seca. Mantén los pies en remojo durante, al menos, 20 minutos. Una vez tengas los pies secos, aplica una hidratante.
Cuida tus pies. Es una máxima fundamental, lleves o no tacones, pero es imprescindible cuando usas zapatos de tacón. “El roce o la fricción del uso continuo de este tipo de zapatos produce la hiperqueratosis, que se define como el engrosamiento de la piel provocando la acumulación de células muertas descamadas. Para que esto no pase, es importante la hidratación diaria y el uso frecuente de una lima en la ducha. También es importante “cortar las uñas de los pies en línea recta, sin picos y siguiendo la morfología del dedo”, aconseja González.
"Dale a una mujer el calzado apropiado y conquistará el mundo”
Bette Midler | actriz
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