Si querés cambiar de look podés pasarte horas en un salón de belleza para salir con un corte excepcional, pero si lo que buscás es cambiar tu imagen para demostrar lo emprendedora que sos, Rosario Cabrera, Evelyn Telis y Dioselinda Roa, autoras del libro 3 vestidos para cambiar... nos dan algunos consejos para que deslumbrés.
No hace falta gastarte un dineral, porque los cambios de imagen no son solo cuestión de comprarte la ropa de última temporada. Va más allá. Tu cambio debe comenzar por tus ganas de emprender y ser alguien
Decidí qué harás. Lo primero que debés pensar antes de iniciar cualquier cambio es saber qué rubro emprenderás. Si te dedicarás a tener un negocio propio o si serás una exitosa comerciante. Incluso, si decidís por lo segundo, debés pensar a qué tipo de público te dirigirás para adecuar tu imagen.
¿Vas a vender productos de lujo o masivos? Hasta este detalle debés estudiar para acomodar tu guardarropa según tus clientes.
Primero tu identidad. No intentés copiar el estilo de otra persona. Cuanto tratás de parecerte a tu actriz o cantante favoritas podés caer en una pésima copia.
Creá tu marca personal. Es importante crear tu propia marca y a esto nos referimos en cómo te presentarás ante tus clientes, tu estilo, el peinado, el maquillaje y el lenguaje que utilizarás.
El lenguaje no verbal. Sea cual fuera el producto, existen prendas que sí o sí debés incluirlas en tu guardarropa. Incluso el tipo de tela, las medidas de los largos y los colores te definirán como marca. Las tres autoras del libro estuvieron en Santa Cruz asesorando a las consultoras de belleza de Magic Beauty, allí dieron como ejemplo el largo de las faldas o vestidos, estos no deben ser cortos ni ajustados; el tipo de zapatos, no deben ser llamativos, mejor si son clásicos; el tipo de maquillaje, es decir, sin estar recargada y parecer una máscara egipcia; el estilo de peinado, cuidar el tinte y tratar de llevar el cabello agarrado, entre otros puntos.
El lenguaje verbal. La forma de hablar puede hacerte una emprededora exitosa o destinarte al fracaso. Cuidá de utilizar las muletillas o modismos que puedan chocar a la persona que está por comprarte algo.
Tu armario según tu estilo. Toda persona tiene un estilo principal y dos o tres secundarios. Analizá cuál es el que más se adapta a tu actividad diaria. Existen seis estilos: casual, clásico, romántico, seductor, creativo y bohemio chic. También se tienen que adaptar a la etapa de la vida que estás viviendo: adolescencia, juventud o adultez.
Sos casual. No te deben faltar: las prendas holgadas, pero con forma, zapatos de cuero con taco medio, accesorios sencillos pero con un toque moderno, y las telas que deben primar son el algodón, lana o lino.
Clásica ante todo.Los cortes son los clásicos y que marcan sutilmente la figura. Las telas son la lana, seda, algodón y terciopelo. Zapatos y carteras de colores neutros. Accesorios como perlas, joyas de oro y plata, pañuelos, bufandas, etc.
Eterna enamorada.Si sos de estilo romántico tomá en cuenta las telas vaporosas, los colores pasteles, los estampados florales, calzados bajos o medios con moños y accesorios vintage.
Seductora.Colores sólidos, con brillos, encajes y transparencias. Zapatos de tacos altos, bolsos pequeños y llamativos y accesorios brillantes.
Estilo creativo.Telas variadas y estampados con rayas, lunares o geométricos.
Bohemia chic. No es muy recomendable para reuniones de trabajo. Los accesorios son coloridos, grandes y de materiales naturales. Utiliza mucho estampado, sobre todo étnico. Usá sandalias bajas o zapatos rústicos. Los bolsos que sean de cuero o de telas flexibles.
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