El centro cultural Palacio de La Moneda fue un escenario mucho más imponente que el empleado el año anterior para desplegar las propuestas de vestuario pret-a-porter, principalmente femenino, para la actual temporada del otoño-invierno austral.
Durante tres jornadas, que finalizaron el pasado fin de semana, los modistos escogidos para la muestra desplegaron sus colecciones con prendas esencialmente juveniles, en las que predominaron los tonos blanco y negro, con algunos matices de azules acerados, especialmente en jersey y ponchos de lanas naturales.
Tacones altísimos y elevadas plataformas en zapatos y botines fueron la tónica en varios de los desfiles, donde predominaron faldas muy cortas y ceñidas en contraste con pantalones rectos o definitivamente anchos en contrastes de blanco y negro, con claro guiño a la moda de la década de 1970.
Los diseñadores argentinos, invitados especiales a la semana de la moda de Santiago, fueron los que exhibieron propuestas más audaces en cuatro desfiles durante la segunda jornada.
La marca Pampacorral presentó una colección definida como un tributo "a la mujer urbana" y, a la vez, con "reminiscencias bizantinas" en hermosas y finas lanas de oveja y de cabra, en tonos azulados y lilas.
Otro de los puntos altos de la muestra lo puso el diseñador, también argentino, Ricky Sarkany, quien desplegó una colección de variadas prendas de cuero, desde vestidos, shorts y pantalones, combinados con chaquetas de pieles sin mangas, en tonos negros, blancos y rojo oscuro.
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