Como sede de 16 bodas reales y de cada coronación desde 1066, la Abadía de Westminster ha visto un buen número de vestuarios extraordinarios. Pero hasta la presentación, del jueves, de la colección crucero 2017 de Gucci, mil años de concurrencia no habían incluido antes una pasarela de modas, técnicamente hablando, reporta el diario británico The Guardian.
Si Alessandro Michele, director creativo de Gucci, se sentía intimidado por exhibir sus diseños a unos metros de la Tumba del Soldado Desconocido y bajo el mismo techo que el entierro de 17 monarcas británicos, Godofredo Chaucer y Charles Dickens, no lo demostró.
La presentación fue gloriosa, encantadora, surreal y no tan excéntrica como loca. Un abrigo de piel a rayas se lució con un turbante adornado con joyas y pantalones de mezclilla salpicados de partes deslavadas; un vestido formal con botas Winkle Pickers; un suéter de cricket con sombrero canotier y sandalias de tacón de perlas.
Al concluir el desfile, Michele destacó la rica inspiración que ha encontrado en la cultura británica. “Esta cultura es un tesoro increíble”, dijo. “Lo que amo de la estética inglesa es el contaste, cómo lo contemporáneo se combina con el pasado. Cómo puedes ser un punk, pero con una taza de té”.
Con datos de agencias
No hay comentarios:
Publicar un comentario