El deseo de los políticos por ofrecer una imagen popular les lleva en ocasiones a marcar moda. Hoy en día, Evo Morales, el presidente boliviano, buscando dar la imagen del pueblo llano que le llevó a la Presidencia, ha llegado a convertirse en un icono de moda para diversos países iberoamericanos.
Todo empezó como un reto a los gobernantes europeos a los que visitó en su gira posterior a su elección. La chompa a rayas, rojas, azules y blancas, utilizada en su reunión con el Rey de España le hizo aparecer en toda la prensa mundial.
En Bolivia «la chompa del Presidente» se convirtió en un éxito de ventas y llegó a ser una de las exportaciones más importantes de su industria. Pero Morales ha evolucionado como todo buen «fashionista» y hoy es modelo para políticos y dignatarios de diversos países. Correa y Lula están encantados con las chaquetas con toques étnicos.
Aunque el sastre de Evo Morales es Manuel Sillerico, el mismo que ha vestido a muchos de los anteriores Presidentes de Bolivia, y que confecciona sus prendas especialmente con tela de aguayo, un lujo al alcance de pocos, la verdadera responsable del «estilo Evo» es la diseñadora Beatriz Canedo Patiño, conocida como «la reina de la alpaca». La diseñadora establecida en Nueva York también ha asesorado a otros personajes políticos como Hillary Clinton o Jacques Chirac y es la creadora de las famosas chaquetas que llevan bandas de dibujos con motivos tiwanakotas.
MODA CASUAL Las chaquetas llevan lo que se conoce en moda como «cuello Mao» (por Mao Tse Tung) y están diseñadas para llevarlas con camisa pero sin corbata, consiguiendo ese look «casual» (o distendido), pero no obstante reteniendo cierta imagen de seriedad.
En la confección de las prendas se utilizan telas ecológicas como las lanas de camélidos, tanto alpaca como llama, que puede mezclarse con algodón cuando se confecciona para climas cálidos (así se hizo en el caso de la visita oficial del Presidente a Chile).
Y es que detrás de todo «fashionista» que se precie hay un buen equipo de estilistas y creadores, y Evo Morales, no iba a ser menos, por mucho que parte del encanto de su estilo es que parezca «no estudiado».
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