Lo primero que piensas si ves a alguien enfundado en cuero: rockero, agresivo, transgresor…oscuro. Podríamos usar cien adjetivos más, pero básicamente, es lo primero que pasa por nuestra cabeza, conceptos predeterminados quizás por códigos estéticos foráneos que nos llegan desde muy lejos. ¿Y saben qué? No siempre es una apreciación justa; el cuero es noble, elegante, sobrio, destaca sin brillar allá donde se lo ponga, quizás la clave de su éxito radique en la proporción y el lugar donde se lo utilice
Prueba de ello es un ribete de cuero combinado con lanilla, paño o incluso fusionado con una gasa transparente o toque de terciopelo brindándole un aire más sofisticado.
El cuero es y será un elemento importante en el guardarropa femenino, nada como una falda corta de cuero para recordarnos nuestra naturaleza sensual, lo mismo que un corsé bien hecho que destaque curvas con sobriedad.
Podemos usar cuero ornamentando estratégicamente el cuello, los bolsillos o los puños, el detalle de este noble material añadirá ese toque visual "lindo y diferente" que transformará una prenda cualquiera en una pieza exclusiva de nuestro guardarropa.
La moda de hoy nos plantea una variedad impresionante de opciones con diferentes texturas, imitaciones, grabados e incluso colores que nos proporcionan posibilidades para diversos gustos y necesidades.
En síntesis, no tienes por qué huir del cuero; recordemos que nuestros primeros antepasados ya lo usaban en su vestimenta por razones de orden más práctico. Desde un traje de dos piezas muy sobrio hasta aquel espectacular vestido de noche. ¡Sí! Aquella prenda que soñaste o un detalle en ella, pueden tener cuero, definitivamente, su presencia marcará la diferencia.
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