Las leyendas, la moda y las historias envolvieron la ciudad de Nápoles (Italia) durante el ocaso cuando la propuesta de Alta Moda de otoño-invierno 2016/2017 del dúo formado por Domenico Dolce y Stefano Gabbana fue presentada en la plaza frente a la iglesia de San Gregorio Armeno. Los asistentes se dejaron llevar por los acordes de la tuna Funiculì, funiculà (Luigi Denza, 1880) que interpretó una banda de música sobre la pasarela donde desfilaron ricos tejidos y joyas que pedían un ‘close up’.
Desfilaron 99 modelos junto a la iglesia, la música cada vez más alta hasta alcanzar un crescendo de arias operísticas a medidas que la pasarela se llenaba de largas colas estampadas con rosas enormes. Estas son los cuatro pilares del desfile del año.
UNA PROCESIÓN DE MODA. Las cabezas de las modelos se adornaban con flores y las cabezas se coronaban por alargados sombreros papales, al tiempo que desfilaban modelos con pantalones rasgados y tops elegantes; con vestidos de los años 50 salpicados de flores; y otras deportivas con camisetas de fútbol cuyas espaldas homenajeaban al insigne Diego Maradona.
LA ETERNA SOFÍA LOREN. Siempre con Italia en el corazón y con Sofía Loren en el pensamiento –la belleza de la actriz italiana inspira a Dolce y Gabbana recurrentemente en sus diseños- ; muchos de los modelos parecen hechos para ser llevados por la Sofía de juventud, la esencia de la donna italiana.
FUSIÓN PASADO-PRESENTE. Aunque los diseños de Dolce & Gabbana poseen claras referencias históricas, son prendas extraordinariamente actuales. Su habilidad para combinar estampados y siluetas que ofrecen 1.001 posibilidades es sin duda una de las claves de su éxito.
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