La fe se deposita en la ropa interior en el último día del año.
La tradición llega cargada de amor, transformación y dinero en los colores.
Con el advenimiento del fin de año, llegan las tradiciones y con ellas, el pedido de la buena ventura, y para consagrarlas se dan los rituales. En este caso, el uso de la lencería en sus variados colores da la esperanza de la suerte.
El escritor mexicano Octavio Paz contaba que la función de un ritual es transformar a las personas. Quien participa en una cábala no vuelve a ser el mismo de antes. La ley de la atracción se proyecta en objetos y prendas de vestir personales que comunican magia al interior. ¿Qué mejor manera de convocar los sueños y hacerlos realidad a través de prendas íntimas? De pronto, los objetos se convierten en plegarias que buscan el consentimiento del universo. La ropa interior se constituye en una de estas creencias que buscan transformar al individuo.
Cada deseo, un color Las mujeres piden dinero o amor a través de la lencería. Un código especial entre la ropa y los sentimientos se establece en el ritual. Para que la suerte funcione, no se puede vestir ropa interior en uso, sino una nueva, explica Nilda de Ugarte, gerente Comercial en Bolivia de la marca colombiana de lencería Ronied. De Ugarte añade que la tienda se llena el 31 de diciembre porque las señoras llegan a comprar con la esperanza de recibir algo mejor. Describe que antes de usar la ropa es necesario tomar un baño para que todas las buenas energías “vengan”. El 31, horas antes de la medianoche, se toma un baño de renovación con la finalidad de limpiar las vibras acumuladas durante el año.
Ropa y sentimientos. Los deseos se esconden tras las prendas. La lencería describe la esperanza de cada uno. Luego del baño, se coloca la ropa interior y se la deja puesta hasta las 12.00 del día siguiente. El color determina el interés que cada mujer tiene al pedir un deseo. Si es amarilla, será dinero y prosperidad lo que pida. Si es roja, será pasión y amor lo que busque. Si es fucsia, será transformación, aunque, de acuerdo con las últimas tendencias, puede haber combinaciones con colores de los signos del Zodiaco, según De Ugarte.
El Fucsia. Es el color que se impone para 2012. “Es la transmutación”, describe la ejecutiva. Las debilidades se convierten en fortalezas y lo malo se torna en luminoso, según las creencias. “Ofrecemos el fucsia como una tendencia central en nuestra gama; lo están llevando bastante. Hay que estar preparados para los cambios y esto simboliza el color”. El fucsia es el lado más elegante del magenta y el rosa, que denotan glamour y alegría. Está asociado también a la moda, la elegancia y la feminidad, por ello se emplea para describir a la mujer y, por otra parte, a la pasión que la identifica.
2012 trae el fucsia como tendencia, un color que se adapta a los cambios con naturalidad.
11 colores vitales para los signos del Zodiaco trae la marca colombiana de lencería Ronied.
Signos del zodiaco. En la tienda de lencería Ronied hay colores asignados de acuerdo con el signo de cada uno, y en esta temporada existe un descuento especial del10 al 40 por ciento en las prendas que propone su paleta de color. Aries, amarillo; Tauro, rosa, Géminis, salmón; Cáncer, blanco; Leo, magenta; Virgo, azul; Libra, turquesa; Sagitario, café; Capricornio, negro; Acuario, verde, y Piscis, morado.
Prosperidad en alianza con los signos zodiacales. La Gerente Comercial de Ronied destaca que “hace tiempo que la gente viene a comprar lencería de acuerdo con su signo, aunque en la mayor parte de estos rituales lo combina con la cábala clásica de los colores de la felicidad, como el rojo para el amor y el dorado para la prosperidad”. De Ugarte afirma que una novedad es que “uno de los colores que han dado resultados a muchas jovencitas es el rosado, destinado a buscar matrimonio”.
Las frases
“La lencería es una forma de dar rienda suelta a las esperanzas en Año Nuevo. Nuestra tienda rebalsa de personas el 31”.
Nilda de Ugarte
“Algunas muchachitas compran lencería de color también para sus novios en esta época del año”.
Nilda de Ugarte
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