Del corsé al push up, el sostén, indumentaria íntima femenina por excelencia, cumple 100 años. Aunque su historia, en realidad, se remonta a mucho más que un siglo.
Ya el poeta Marziale citaba en uno de sus poemas al strophium, variante del actual sostén usado por las cortesanas de la antigua Roma, que consistía en un trozo de lino que se cruzaba sobre el busto, al que se refería como “trampa de la que ningún hombre puede escapar, cebo que reenciende la llama del amor”.
Los primeros sostenes, en la forma en que se los conoce en la actualidad, surgieron entre 1912 y 1913 en Estados Unidos. Fue Mary Phelp Jacobs quien llamó caresse crosby a dos correas de tejido francés que colgaban de los hombros. Más tarde, Phelp vendió la patente del sostén a los hermanos Warner, de la Corset Company, por 1.500 dólares.
Símbolo de feminidad y seducción, su construcción es una compleja obra de ingeniería, que puede incluir más de 50 piezas ensambladas. Y en el centenario de su concepción como hoy se conoce al sostén (brassier, sujetador o corpiño), dos marcas líderes de indumentaria íntima femenina, La Perla, y Parah, lanzan nuevas versiones.
La primera, con un modelo triángulo, estilo “brassiere”, en seda con botones que descubren un precioso encaje. Parah ofrece una braga combinada para la compra de un sostén en algodón o microfibra. Además, lanza una línea especial, con paillettes.
Es La Perla la que lleva mayor tramo recorrido en el centenario del sostén, pues en 1954 se fundó el primer laboratorio de la etiqueta de Ada Masotti, en Boloña, en un momento en que la indumentaria no podía fiarse de fibras elásticas y debía concentrarse en la modelación del cuerpo, más que la exhibición.
La evolución
En los años 60, las nuevas generaciones experimentaron un nuevo bienestar en las formas. Y de la mano de íconos como Twiggy, Jane Shrimpton o Brigitte Bardot, la marca lanza una nueva indumentaria íntima, que sale de los límites de la funcionalidad y se vuelve un elemento de estilo. Y junto a los sostenes clásicos en blanco, negro o color piel aparece la nueva lencería colorida, con flores y estampas.
En los años 70, La Perla creó un sostén más ligero, menos constrictivo. A la vez que la moda alargaba la figura y descubría las piernas, la lencería se volcó a una línea esbelta. El hedonismo y culto al cuerpo de los años 80 promovieron un boom por la lencería y aparecieron el encaje, el tul y los bordados.
En la década del 90, la lencería íntima entró en la esfera misma de la indumentaria y se convirtió en el reflejo del estilo de la mujer. Entonces, La Perla innova con tejidos más suaves.
Hacia el final de la década y comienzos de 2000 el sostén adquirió una dimensión fashion, con franjas de encaje y breteles masculinos, como el Brassiere-Bretelle, usado por Rebecca Romijn-Stamos en el filme Femme Fatale (2002) de Brian de Palma.
Sostén medieval
Medieval La Universidad de Innsbruck informó que sus arqueólogos encontraron cuatro sostenes medievales de lino en un castillo austriaco. “Es un descubrimiento increíble”, dijo Hilary Davidson, del Museo de Londres.
Moda Los especialistas en modas dijeron que el descubrimiento es sorprendente porque hasta ahora esa prenda era considerada de hace poco más de 100 años, cuando las mujeres abandonaron el corsé. Al parecer, el sostén nació primero, seguido por el corsé y a continuación el sostén reinventado.
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