viernes, 27 de julio de 2012

Eduardo Rivera: Quise negar mi sueño, pero ganó el destino

Una hormiga insignificante y desprotegida, así se sintió Eduardo Rivera cuando llegó a Barcelona y se dijo a sí mismo que jamás pensó estar en una ciudad tan grande. “Cuando le conté a mis padres que me iba a España, ellos me dijeron no, pero yo me fui sin avisar. Tuve miedo”, rememoró. Se rebeló en contra de su familia y, aunque muchas veces sentía que la soledad lo asfixiaba, siempre encontraba una fuerza para seguir adelante.

Eduardo dejó su tierra natal, Villa Montes, para estudiar Arquitectura en Santa Cruz, pero tuvo que abandonar la carrera porque obtuvo esa beca para irse al Viejo Continente.
Inicialmente estaba planeado que se quede solo tres años, pero llegó a diez. Se especializó en Diseño de Modas y Escaparatismo en la Escuela Superior de Diseño de Modas de Barcelona y muy pronto encontró trabajo gracias a varias personas que creyeron en él y le extendieron la mano sin condiciones.

Cuando volvió a Bolivia retomó sus clases en la universidad y recientemente se graduó con honores mediante su proyecto de grado Centro Integral de las Artes de Bolivia, que alcanzó la nota máxima (100 puntos).

En 2010 el traje de la paraba roja que lució la miss Bolivia de ese entonces, Olivia Pinheiro, logró ubicarse entre los 10 mejores del Miss Universo y en ese momento dio una sorpresa. Muchos decían que un joven, con poca experiencia, había logrado una gran hazaña y así fue, porque en la historia de dicho certamen por primera vez se hacía una elección de los mejores trajes típicos y un boliviano se ubicaba entre los mejores creadores.

El año pasado elaboró una indumentaria, diosa de Mutún, para que la usara la miss Bolivia Internacional 2011, Daniela Núñez del Prado, y obtuvo el primer lugar. Lo mismo sucedió con la miss Bolivia Internacional 2012, Stephanie Núñez, cuando encantó al jurado con su traje ninfa del madre de Dios. También, la miss Teen Queen World 2011, Tatiana Arispe, fue primera con su traje reina toba en República Dominicana.

- ¿Cómo obtuviste la beca?
- Cumplí con los requisitos de la Fundación Carolina y me dieron la beca en 2000. Cuando les conté a mis padres que me iba a España ellos no me dieron permiso, pero finalmente partí sin darles aviso. Tuve miedo.
- Miedo a estar tan lejos...
- Sí, llegué al aeropuerto Viru Viru y entré al baño a rezar y a llorar porque me iba en contra de la voluntad de mis padres y sin conocer a nadie. Verte en una ciudad tan grande como Santa Cruz y después en Barcelona era un desafío. Intenté ‘comerme’ el mundo.

- ¿Y te lo comiste en Barcelona?
- Fue difícil, pero tampoco puedo decir que me fue mal. Al principio entré con una visa de estudiante y poco a poco fui buscando mi lugar. Estuve como ilegal por mucho tiempo, después logré sacar mis papeles, pero la crisis en España me hizo volver al país.
Hice mis prácticas en las tiendas Rosa Clara y Pro Novias e hice un curso de 15 días con el libanés Elie Saab.
Cuando volví a Bolivia mi intención era concluir mi carrera (Arquitectura) y colgar las tijeras, pero no pude. Quise negar mi sueño (diseñador), pero ganó el destino.

- ¿Cómo nace tu pasión por el diseño?
- Cuando tenía ocho años conocí el trabajo de mi tía abuela y después mi madre me fomentó la parte artística, pintaba y dibujaba. Ella tenía una boutique de ropa femenina y entonces yo también elaboraba diseños. Sin tener cursos de nada, mi ropa se vendía en Argentina.

- ¿Dónde era tu taller?
- De ‘pelau’ me sentía como una especie de autista. Mi cuarto era mi mundo y me encerraba en él para crear los bocetos de los vestidos.

- ¿Tu cuarto sigue siendo tu mundo?
- Sí, a veces me acuesto pensando en algo y dicen que uno mismo induce a su sueño, entonces, voy creando. Al día siguiente lo primero que hago es plasmarlo en un papel.

- ¿Te ves en los fashion weeks más importantes?
- Hay una canción que dice: “Soñar no cuesta dinero” (tararea) y creo firmemente que lo que uno quiere se logra. En un momento llegué a organizar mis ideas y ahora no hay quién me pare. Espero que se pueda ver mi trabajo a escala internacional.
- Comenzaste a trabajar silenciosamente, pero de pronto saltaste al ojo público y cuatro de tus trajes lograron la cima...
- Sí, empecé a caminar despacio, pero cada paso que daba lo hacía de forma segura. No me gustaba andar sobre arena movediza y si tengo que agradecer a alguien es a Fernando Roca, porque me presentó a la señora Gloria (Suárez de Limpias) y ella me abrió las puertas.
- Después de 12 años, ¿qué dicen tus padres?
- Están felices con mis logros. Tengo su apoyo.

- ¿Investigás antes de diseñar un traje?
- Sí, así es. Intento agarrar un fragmento de la realidad y plasmarlo en el diseño.

- ¿Creés que hay una distorsión en los trajes típicos del oriente boliviano?
- Hay dos clases de trajes: el autóctono y el alegórico. Este último es cuando lo hacés inspirado en una danza y el otro es el que muestra las costumbres y las tradiciones de cada región. No hay distorsión, hay una tendencia a estilizar los trajes, y todo eso depende de para qué querés el traje. Si es un certamen de belleza es más adecuado que mostrés un alegórico porque se trata de un espectáculo para la TV.

- ¿Te sentís competencia de ‘Quito’ Velasco?
- No, lo admiro. Él diseña trajes de Carnaval y crea los ambientes para fiestas... yo hago otra cosa.
- ¿Pensás crear vestidos para el Carnaval?
- Ya hice un traje de reina para el Carnaval infantil, pero con el diseño de ‘Quito’. Me siento capacitado para hacer cualquier traje.

- ¿A qué diseñador admirás en Bolivia y en el mundo?
- A la boliviana Kenny Gutiérrez y a Elie Saab.

SU PERFIL

Eduardo Rivera Ramírez nació el 28 de octubre de 1979 en Villa Montes (Tarija), de donde también es su padre, Eduardo Rivera, mientras que su madre, María Ramírez, es oriunda de San Borja. Tiene tres hermanos: María Cecilia, Ricardo y Luis Fernando.

Salió bachiller del colegio 12 de Agosto de Yacuiba y después viajó a Santa Cruz para estudiar Arquitectura. En 2000 se postuló a una beca de estudio para la Escuela Superior de Estudios de Barcelona y al concluir la carrera instaló un taller de confección. Después de 10 años volvió a Bolivia y empezó a crear trajes típicos para misses.
Se graduó con honores de la carrera de Arquitectura y fue docente de Taller de Diseño en la Universidad Católica Boliviana.

En poco tiempo se hizo conocido por su brillante trabajo y ahora su nombre es símbolo de respeto y admiración. Su mayor logro fue ubicar a Bolivia entre los diez mejores trajes típicos del Miss Universo 2010.

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