Algo que caracteriza a la versión alemana del Mercedes-Benz Fashion Week es que se trata del más joven de los eventos que se celebran también en Nueva York, Miami, Tokyo y Sydney. Su principal característica es el apoyo a nuevos talentos de la costura internacional. En esta edición participaron África, Austria, Bulgaria, China, Estonia, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Japón, Lituania, Polonia, Rumania, España, Suecia, Suiza y Turquía. La gran ausente: Latinoamérica.
El evento se desarrolló a fines de enero en cuatro jornadas que se subdividieron en siete a ocho runways y tres studios diarios. El runway es la habitual pasarela donde cada diseñador presenta su propuesta en un lapso de entre 15 y 20 minutos. El studio, en cambio, es la mayor parte de las veces un show estático, en el que los modelos arman cuadros en los que permanecen por unos 30 minutos y es el público el que circula. Fue en estos espacios donde se pudo lucir más la creatividad de las puestas.
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