Los zapatos de Iris Van Herpen que simulan raíces, las resinas en flúor de On aura tout vu, y las llamativas pelucas africanas rubias de Charlie Le Mindu imprimieron un punto futurista a la semana de la alta costura de París.
En su desfile como miembro invitado de la alta costura, la diseñadora holandesa Iris Van Herpen recreó una naturaleza salvaje que envolvió los pies en raíces de plástico, convirtió los vestidos en árboles y transformó a las modelos en anfibios o en pájaros.
La diseñadora troqueló las hojas sobre las prendas, insertó ramas con filamentos que se movían a cada paso y construyó un cóctel de plumas artificiales que incluía cabezas de ave, en esta aventura por nuevos materiales.
Herpen trabajó el relieve de las escamas y el cartílago en una resina en color piel que se fundió con el cuerpo y que evocó una mujer acuática.
Este inquietante desfile se desarrolló en un lugar muy adecuado: el Palais de la Découverte, museo de ciencias de París, que se encuentra en las cercanías del Grand Palais, una de las grandes sedes de la semana de la moda.
Los diseñadores búlgaros Livia Stoianova y Yassen Samouilov, mentes creativas de la firma On aura tout vu, eligieron la sombra de los árboles de los jardines del Palais Royal para descubrir una colección otoño-invierno de prendas articuladas por cristales y formas de plástico.
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