Empecé cuando estaba en el colegio, a práctica de prueba y error. Arruinaba una prenda y la volvía a coser tantas veces como sea necesario hasta conseguir el resultado esperado. Al principio confeccionaba ropa para mí o, más bien, la modificaba. Me iba a la feria 16 de Julio y compraba mudas que me llamen la atención, luego la descosía y transformaba hasta obtener algo muy exclusivo y lindo. Después empecé a coser para mis amigos porque ellos me lo pedían al ver lo que yo traía.
¿Tienes alguna escuela? ¿Alguien te enseñó a confeccionar?
No, nunca tuve la oportunidad de estudiar costura, diseño de modas ni nada por el estilo. Aprendí revisando internet, revistas, libros y viendo algunos programas de televisión. Creo que aún me falta mucho y que nunca es suficiente quedarse empíricamente con lo que uno sabe; lo mejor es tener una guía, una escuela.
¿Cómo descubriste esta afición y habilidad?
Cuando era muy joven en el colegio, sin darme cuenta, estaba ya dibujando en papel una camisa, un pantalón y hasta zapatos. Luego me atreví a experimentar en telas, con algunos retazos que mi mamá tenía en casa y, cuando estaba solo, tomaba alguna polera que no me terminaba de convencer y la cortaba. Entonces le ponía algún apliqué y, aunque terminaba arruinándola, seguía insistiendo con otra prenda.
¿A quién tienes que agradecerle? ¿Tu familia te apoyó en tu iniciativa?
Sí, todos me apoyaron, pero sobre todo mi mamá, que fue quien me regaló mi primera máquina de coser. Recuerdo que cuando tenía 17 años pedí una como regalo de cumpleaños y mi mamá preguntó: “¿Para qué quieres tú una máquina de costura?” Le expliqué lo que quería hacer y pronto tuve la mía, aunque era muy antigua, de esas pesadas que tenían nuestras abuelitas. Hoy, gracias a mi esfuerzo y ayuda familiar, cuento con una industria.
Luego de la experiencia que tuviste, finalmente llegaste a participar de un gran evento, Misión Moda, en el que saliste ganador...
Sí, fui el ganador de la segunda versión del programa Misión Moda de la red Uno, pero no pude asistir al Miami Fashion Week que se desarrolló en marzo porque la Embajada de Estados Unidos me negó la visa. Ellos consideraron que soy muy joven y como, no estoy casado ni tengo hijos, podría quedarme allí.
Misión Moda te enviará a Ecuador Fashion Week en la primera semana de agosto, ¿qué tienes pensado para esa oportunidad?
Llevaré 25 piezas entre raras, muy atrevidas y vanguardistas. Aún me falta trabajar con los accesorios, zapatos, carteras, cinturones y otros.
¿Crees que falta apoyo para el diseñador que quiere mostrar todo lo que sabe hacer?
Sí, pero además de la falta de ayuda, creo que los diseñadores no se atreven a ser más arrojados y a pensar en un mercado mucho más externo, la mayoría se limita a lo latino, a la moda tranquila. A mí me gusta lo alocado.
Un joven creativo
Paulo Silva Muñoz tiene 24 años, nació en Cochabamba, pero fue criado en La Paz. Hoy vive en Santa Cruz porque es ahí donde se le abrieron las puertas para crecer como diseñador.
Internacional
Silva estudió Biología, pero se dedicó más al diseño de moda. Su aspiración es llegar a ser famoso y participar en las pasarelas internacionales mostrando sus creaciones.
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