En el mundo de la moda, chic es una persona ‘fashionista’ sin necesariamente utilizar las últimas tendencias ni prendas de diseñadores famosos. Es estar actual a tu propia manera, con tu personalidad, saber qué es lo que te queda bien y cómo utilizarlo, adaptar las tendencias a tu forma de vida, es decir ¡tener tu propio estilo! Ser capaz de combinar colores o texturas que parecen incompatibles, pero con tanta elegancia que en ti ¡lucen maravillosos!
La palabra chic, además de describir a una persona, es ‘casi’ un adjetivo para piezas de ropa que complementan un outfit (conjunto) de la manera correcta y que son femeninas, elegantes y únicas.
Según Carine Roitfeld, antigua editora de Vogue París, “ser chic no se hace, se nace, es cuestión de tener un estilo propio y eterno, no vestirse de vez en cuando bien”. Pero hay otras opiniones: podemos amanecer un día superfelices y al otro sentirnos un poquito depre; habrá días en los que nos encante lucir chic para robar las miradas de todos, pero habrá otros en los que simplemente queramos pasar desapercibidas con un simple look casual, ¿no es cierto? Es hermoso lucir chic, pero si siempre despertamos y abrimos nuestro clóset buscando algo chic, podríamos caer en algo demasiado superficial y eso ¡no es chic!
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