Fue capturada en EEUU, liberada y recibida como heroína en su país. Hoy es una diva de la moda y el espectáculo.
Estas femme fatale tienen en común su amor por el lujo y que se sumergieron en las aguas de la infiltración en beneficio del Kremlin. Eso sí, Anna —también denominada agente “90-60-90”— no se hace problemas en posar semidesnuda y desfilar por las pasarelas armada con una pistola, al estilo del cinematográfico espía británico James Bond, pero con cabello pelirrojo, maquillaje, faldas y tacones.
Ella y nueve colegas espías causaron revuelo hace dos años, tras ser detenidos en EEUU acusados de conformar una red de espionaje; y todo por culpa de una llamada telefónica de Anna a su padre. Rusia puso paños fríos y canjeó a los fracasados bonds por otros que tenía en Moscú y que interesaban a Washington. ¡Como en los tiempos de la guerra fría!
Para entonces, los rusos ya habían quedado encandilados con la belleza de su paisana, considerada la más bella entre las espías conocidas. Y su exesposo, el británico Alex Chapman —del que mantiene el apellido, porque el suyo de soltera es Kushchenko— se encargó de izar en un pedestal su imagen de ícono sexy al contar que Anna era excesivamente fogosa y que le gustaban las sesiones maratónicas de sexo.
Rusia la recibió como heroína, con bombos y balalaicas, junto a sus nueve compañeros. El premier Vladimir Putin —exespía de la KGB— y el presidente Dmitri Medvédev los condecoraron en secreto y les ofrecieron ayuda. Anna les devolvió favores involucrándose en el consejo político pro Kremlin de la Joven Guardia; ellos la eligieron para ser la primera espía con una cuenta en el Facebook.
En las pasarelas y la televisión
Así llegó la “chapmanmanía”. Un productor de cine porno no tardó en ofrecerle un contrato jugoso; ella lo rechazó. Se dice que la actriz Angelina Jolie la invitó a fines de 2010 para la premier de su película Agente Salt, que trata sobre una espía de la CIA estadounidense. Se convirtió en mimada de los programas televisivos y hasta despidió a la nave espacial rusa Soyuz en el cosmódromo de Baikonur.
Pero la Mata Hari del siglo XXI sabe muy bien lo que quiere. Labró su imagen de modelo, siendo portada de la revista Maxim y participando en desfiles de moda como el Moscow Fashion Week, donde caminó con los vestidos de Shiyan & Rudkovskaya. A la par, patentó su nombre y apellido para su utilización en cualquier producto cosmético.
Para deleite de sus fanáticos, incursionó en la televisión con el programa Secretos del mundo con Anna Chapman, que analiza fenómenos paranormales de dudosa calidad. Esta nueva vida ha provocado que exagentes critiquen que haga dinero con su pasado, sin que haya hecho algo por Rusia. No importa, como Anna asegura, ella tiene muy buena puntería, y sin duda, por ahora ha dado en el blanco.
Internet
El Gobierno ruso del Kremlin la eligió y la autorizó para que sea la primera espía con una cuenta en Facebook; en ésta se la aprecia programadamente segura, hermosa y ambiciosa.
Cazatalentos
Al ser detenida en Estados Unidos, Anna Chapman alegó que era una “cazatalentos” que reclutaba jóvenes promesas en las urbes de Moscú y Nueva York.
Plan oculto
Según informes de la inteligencia británica, la espía habría tenido en sus planes acercarse a los príncipes William y Harry, hijos del príncipe Carlos y Lady Diana.
Identidad
La sensual mujer tomó la decisión de no cambiar de identidad tras su retornó a Moscú, sino de aprovecharla. Sus nueve colegas de infortunio hicieron lo contrario.
Con datos de: El País de Madrid, El Comercio de Perú, agencia de noticias Terra y www.montevideo.com
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