Vivi escribió su presentación como si ella fuera un producto. Es que ella es una mujer íntegra, guapa por donde se la mire, con un esposo, una hija y una familia maravillosa, que la apoya en su ritmo y dinamismo con el que vive día a día. Y así, desde su llajta nos repondió muy entusiasmada.
-¿Cómo empezó a diseñar?
-Desde niña solía decir: “Cuando sea grande voy a ser diseñadora de modas o piloto militar”… y bueno, al final me convencieron más los trapos, el glamour y las lentejuelas que seguir órdenes. Tengo bocetos desde mis nueve años. Pasaba clases de arte y costura mientras iba al colegio, compraba revistas Bourda que venían con patrones y le metía tijera a todo lo que podía.
-Cuando fue modelo, ¿criticaba algo a los diseñadores?
-En realidad me gustaba todo, era un ambiente creativo, divertido e inspirador. Ser modelo me dio la oportunidad de ver el mundo de la moda desde adentro.
-¿Ahora evita los errores
que cometían tal vez ellos?
-Como humanos todos cometemos errores, pero evito equivocarme. Aprendo la lección y sigo adelante. Descubrí que todo lo bueno que pasa en mi vida es muy bueno, y lo malo también es bueno.
¿Cuántas colecciones creó?
Llevo casi 14 años trabajando como diseñadora. Por una parte hago para mi línea y también diseño para empresas como las fábricas de jeans, e igualmente en lo que concierne a chompas, artesanía y accesorios, entre otros. Normalmente hago de 10 a 12 colecciones cada año.
-¿En qué lugares
presentó sus creaciones?
Temporada tras temporada, he realizado desfiles en casi toda Bolivia. He tenido la suerte y el orgullo de mostrar mi trabajo en Estados Unidos, Italia, Japón y realizar producciones de moda para revistas, periódicos y otros.
-¿Cuál es su sello
como diseñadora?
La gente me identifica por ser de vanguardia que hace locuras. Sin embargo, creo que estoy madurando como diseñadora y mi trabajo ahora es más pensado y elaborado. Cada colección es un desafío por descubrir “ese no se qué, que no se me perdió, pero que quiero encontrar”. Eso es lo que me mantiene en este negocio, la necesidad de renovarme.
-¿Se rinde a las
tenidas informales?
-Para mí la moda no es una ocasión especial donde se busca un buen vestido. Es lo cotidiano, es conservar tu estilo desde que te levantas, vas al gimnasio, al trabajo o al supermercado. Es proyectar tu imagen en cada instante. Creo que todas tenemos más momentos informales que formales. Si no es así, hay que buscarlos.
-¿Es más vanguardista
que clásica o viceversa?
-Me encantaría ser un clásico que nunca pasa de moda, pero por el momento estoy del otro lado, siguiéndole a la moda el juego y adivinando sus caprichos.
-¿Cuándo descansa?
-Siempre estoy creando, en uno u otro sentido. Trabajo en mis pinturas o colages, escribo, pienso y repienso las cosas. Salir de vacaciones conmigo es igual que ir a trabajar, porque busco telas, revistas, vitrinas, miro a la gente, las ciudades y todo eso es parte del mismo proceso creativo.
-¿Y cuál es su mayor distracción en esos momentos ?
-Disfruto de mi familia compartiendo los hobbies de cada uno. En mi tiempo libre trabajo en nuevos proyectos y cuando no tengo que hacer, invento algo.
-¿Es una madre que viste
a su hija o deja que ella elija?
Me divierto con su ropa y le pongo cosas que yo me pondría si tuviera tres años. Pero también la dejo escoger y jugar con la ropa, pues Julianna creció entre trapos, colores y una que otra aguja. Así que ella disfruta poniéndose disfraces, pelucas y pintándose de gato. Ahí comienza el amor por la moda, divirtiéndote con lo que se supone tiene que ser divertido.
¿Cuáles son sus
planes como diseñadora?
No hago planes a largo plazo, prefiero dar un paso a la vez. Ahora estoy trabajando en una nueva tienda en Cochabamba y me encantaría abrir otra en Santa Cruz porque creo que las cruceñas disfrutan la moda. Me encanta que sean arriesgadas y divertidas.
¿Y sus sueños como mujer?
Quiero llegar a vieja y sentir que hice todo lo que quería hacer, no deberle nada a la vida, ser capaz de suspirar profundo y decir “hufff eso fue lo mejor de mí”.
Ella
“Soy Vivi Mercado, nací en Cochabamba un 3 de abril hace 34 años, aunque vividos cuentan como 68 por el ritmo que sigo. Estudié Diseño de Modas en Chile durante cuatro años y desde entonces mi profesión es mi trabajo y mi pasión. Mi familia es el mejor don que me dio la vida. Es mi fortaleza, mi refugio y el impulso que me mueve cada día”
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