Los elementos naturales salpican los diseños de la primera jornada de la Semana de la Moda de París, que arrancó ayer con los desfiles de "prêt-à-porter" para primavera-verano 2013 de Fátima Lopes y Veronique Branquinho.
La isla de Madeira ha sido la fuente de inspiración de la creadora portuguesa Fátima Lopes, que recreó el ambiente tropical, con muros vegetales y cantos de aves, en una de las salas del céntrico Teatro de Châtelet de la capital francesa.
"La referencia de esta colección es la isla en la que nací, el Sol, el mar, los pájaros. Tiene mucho de mí", aseguró Lopes a Efe tras la presentación de unas prendas de colores sólidos que se complementan con delicados y abstractos estampados florales.
VESTIDOS CERRADOS El verde agua y el oliva dieron los primeros pasos en unos vestidos cerrados hasta el cuello con amplios escotes en la espalda; el juego con las aperturas, a las que beneficiaban los cortes geométricos, fue una constante del espectáculo.
Fátima Lopes, quien describió su colección como "muy fuerte, muy femenina, muy chic", utilizó las flores como "leitmotif" que también se adueñó de los complementos: zapatos, cinturones, brazaletes y collares se inspiraron en la imagen de calas doradas a tamaño natural.
Con la idea de crear unas prendas "para una mujer a la que le gusta ser mujer y a la vez es muy fuerte, glamurosa y elegante", la diseñadora llevó las pinzas hasta su máxima expresión, ya sea en una falda como en un pantalón capri.
Los colores de la naturaleza fueron dejando paso a un negro que resaltaba las pinceladas tropicales de la flora en tonalidades fluorescentes de azul eléctrico o violeta.
Las hombreras maxi, simétricas o en solitario, o los boleros con manga kimono fueron otras aportaciones de la portuguesa.
Esta primera jornada también ha destacado por el regreso de la diseñadora belga Veronique Branquinho, quien retoma su marca gracias a la colaboración con el grupo italiano Gibò.
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